Aunque hasta ahora los funcionarios estadounidenses prestaban servicio durante dos años en Cuba, una portavoz del Departamento de Estado confirmó ayer miércoles la reducción a solo un año del tiempo de estancia en La Habana, argumentando las "condiciones más difíciles" sobre el terreno.
La disminución del tiempo de servicio de los diplomáticos sitúa a Cuba en el mismo estatus de países considerados peligrosos por ser zonas en conflicto o devastados por guerras, entre ellos Irak, Afganistán y Sudán del Sur.
Según el diario online Politico, la portavoz habría señalado que "la decisión de reducir el periodo de servicio en la embajada estadounidense en La Habana –de dos años a un año– refleja las condiciones más difíciles que afectan a los diplomáticos estadounidenses en ese terreno".
Si bien no hizo alusión directa a los presuntos “ataques acústicos”, que en el último año han deteriorado considerablemente las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, la funcionaria sí destacó que el pasado 5 de marzo entró en vigor un recorte permanente de personal en la legación norteamericana en La Habana, motivado por los episodios de salud que han padecido varios miembros de la embajada.
El Gobierno de Donald Trump asegura que, desde noviembre de 2016, un total 26 diplomáticos en Cuba y sus familiares sufrieron trastornos de salud derivados de unos presuntos “ataques” que los habrían llevado a sufrir pérdida de audición, mareos, zumbidos, dolores de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultades para dormir, entre otros síntomas.
Desde entonces, la embajada ha operado con el mínimo personal necesario para llevar a cabo funciones diplomáticas y consulares esenciales.
Sin una respuesta definitiva sobre los sucedido, el tema sigue bajo investigación. En enero de este año el Departamento de Estado admitió que se consideraban otras posibilidades, entre ellas un ataque "viral".
Desde el inicio Cuba ha negado su vinculación con los misteriores ataques, y acusa al Gobierno norteamericano de buscar dañar las relaciones entre los dos países.
La reducción del tiempo de servicio en Cuba de los funcionarios consulares norteamericanos supone un golpe para las empresas nortemericanas que todavía abogan por la recuperación del mejor estado de forma en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
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