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Las Tunas… ¿pueblo o ciudad?

¿Qué tiene Las Tunas de único o que existe en muy pocos sitios de Cuba?

Las Tunas © José Roberto Loo Vázquez
Las Tunas Foto © José Roberto Loo Vázquez

Este artículo es de hace 5 años

Siempre me ha resultado doloroso que de forma despectiva se refieran a Las Tunas como un pueblucho del Oriente de Cuba, o que la Televisión Cubana construya, de manera reiterada, la imagen de ser tierra de guajiros que cantan cuando hablan. Además, junto a los pinareños, sufren del cliché de verlos como tontos. Todo eso no es más que absurdos y lacerantes sinsentidos.

También, desde siempre, me ha molestado que hasta los propios lugareños se refieran al centro de la urbe como «el pueblo», aunque, la verdad, reconozco que ellos no lo hacen de otra forma que no sea afectiva y que yo, en este caso, no soy objetivo cuando hablo de este terruño pues me atan a él profundos sentimientos de cariño: aquí siempre tengo momentos muy gratos y buenos amigos.

No obstante, y sin ánimos de ser muy exhaustivo ni científico, hay que reconocer que el llamado «Balcón del Oriente Cubano» a veces parece una ciudad muy pequeña y otras un municipio demasiado grande porque, además, tiene el mal de lo singular: una tienda grande, un parque de diversiones, un cabaret, hace pocos años tenía un semáforo y un cajero automático, y siempre es un… o una…

Foto: José Roberto Loo Vázquez

Lejos del desarrollo de otras ciudades del propio Oriente de Cuba –para no ser insensible y comparar con la Habana–, Las Tunas tiene un encanto que jamás se encontrará en otros lugares: el transporte más popular, que no significa el más querido o que mejor resuelva, es el coche tirado por caballos, y siempre que usted aborde uno, lo recibirá el saludo afectuoso de los compañeros de viaje. Ese detalle siempre me sorprende y nunca falla.

Esta pequeña ciudad oriental, según algunos la más seca de toda la Isla, también tiene otra peculiaridad que le da un encanto especial: tiene un silencio que llega a ser ensordecedor para la persona que no está acostumbrado y muy agradable entre quienes adoran la paz y la tranquilidad. Sin apasionamientos es, categóricamente, por falta de vehículos en las calles.

Esa falta de ruido (Las Tunas no tiene ese tipo de contaminación) tiene un plus: se escuchan las voces naturales de la ciudad, la de los millones de pregoneros que pasan vendiendo pan, sin fallar, desde las 5 de la mañana hasta las 10; de los bicitaxis que con bafles y música, que son peores que un carro a altas horas, aunque deliciosos por sus dicharachos y ocurrencias; y el de los pocos camiones, automóviles y sí muchos coches, con el peculiar chas chas de los caballos al pasar... y si tiene la oportunidad de verlos haciendo competencias, cuando menos, reirá, algo así como una ridícula versión de «Rápido y Furioso» con carros descompuestos.

José Roberto Loo Vázquez

Una urbe poco bulliciosa es, además, sinónimo de aburrimiento para no pocos. Esa es otra verdad que no solo es compartida por muchos, sino que se palpa en Las Tunas: le tengo mucho cariño, pero el tedio mata a veces, especialmente los domingos, o cualquier día en la noche, después de la una de la madrugada.

No por gusto en algunas publicaciones turísticas se habla, claramente de forma eufemística, como el lugar donde “la vida ocurre a un paso más lento y se disfruta mejor”. Y ciertamente es así.

La llamada Capital de la Escultura Cubana, a la vista bastante moderna por haber sido quemada tres veces en su historia, tiene muchas veces lo mismo que otras urbes: un parque central, el Vicente García, con su parroquia, una calle comercial por excelencia, un copelia principal o más grandes, por decirlo en otras palabras, también un bulevar, muy de moda ahora en todas las capitales provinciales; sus áreas wifi, su arteria más transitada… igual que en otros sitios.

Entonces, ¿qué tiene Las Tunas de único o que existe en muy pocos sitios de Cuba?

José Roberto Loo Vázquez

Pues sorprendentemente usted puede hacer aquí algo que en otras ciudades, consideradas más importantes, no es posible. Por ejemplo, la calle más importante de la urbe tiene wifi en varias de sus segmentos, entonces hablar por IMO o Whatsapp, durante un kilómetro de caminata es perfectamente realizable.

Posee una Casa Insólita que es de las pocas que existe en el continente y ciertamente la única de Cuba, también numerosas esculturas adornan sus calles pues no es por gusto conocida la ciudad como la Capital Cubana de la Escultura, y lugar que vio nacer a una de las grandes de esa modalidad, a Rita Longa.

Por si fuera poco, el Balcón del Oriente de Cuba (llamada así por colindar con varias provincias a la vez) tiene algunas de las mejores playas de la isla, que nada tienen que envidiar a los polos turísticos más importantes del país… eso sí, aún está casi sin explotar.

Además, posee un parque que, literalmente hablando, fue cortado en una de sus esquinas por la Carretera Central. Es el Vicente García, ubicado en el centro histórico o mal llamado «pueblo», que se inauguró el 10 de octubre del 1915 con la colocación de la estatua del Mayor General. Es hoy epicentro de la urbe y sitio habitual para las retretas dominicales. Lo curioso es que mantuvo su forma cuadrada original hasta que se construye en 1930 la Carretera Central y se le mutiló una esquina para que la vía continuara. En esa parte excluida del parque se erigió, el 28 de enero de 1942, el primer busto de José Martí que fuera colocado en Las Tunas.

José Roberto Loo Vázquez

Siempre se ha dicho que Santiago de Cuba es la ciudad hospitalaria del país. Afirmación que languidece cuando se visita Las Tunas, una urbe cuyo mayor tesoro son sus personas.

Usted llega a un lugar y le saludan, le abren la puerta y hasta le arrastran la silla, le piden permiso si interrumpen la conversación, le quitan la cámara fotográfica de la mano para que salga usted en la instantánea de recuerdo y hasta te piden perdón si un producto de la carta no sale… lo normal en cualquier parte del mundo pero que cada día se vuelve menos habitual en Cuba.

Pues una noticia que es casi de primera plana: Las Tunas es de los pocos recónditos parajes que en la geografía cubana tiene un servicio gastronómico estatal que le hará sentir como cliente y persona a la vez. No por gusto, y es mera especulación mía, el desarrollo del emprendimiento privado no tiene aquí tanta presencia, y es una de las razones, por esa y porque aún hoy, en pleno 2018, es un territorio que recibe turistas de paso, más que de aquellos que deciden pasarse aquí una semana.

Antes de Artemisa y Mayabeque, Las Tunas era de las provincias jóvenes de Cuba, y se dice, su gente conserva algunas de las características que tenía el cubano décadas y siglos atrás, y que hoy se extraña en lugares como Santiago de Cuba y La Habana, o Trinidad y Viñales: gente afable, educada, amable y muy servicial.

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José Roberto Loo Vázquez

Periodista de graduación, y fotógrafo de pasión, dos historias que se entremezclan y atrevidamente me hacen llamarme fotoreportero. Si sumamos mi amor, por la ciudad de Santiago de Cuba, no es difícil entender mi preferencia: fotoreportero que gusta resaltar su urbe natal, la “tierra caliente”.


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Periodista de graduación, y fotógrafo de pasión, dos historias que se entremezclan y atrevidamente me hacen llamarme fotoreportero. Si sumamos mi amor, por la ciudad de Santiago de Cuba, no es difícil entender mi preferencia: fotoreportero que gusta resaltar su urbe natal, la “tierra caliente”.

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