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Tras cinco meses con la prestación de servicios consulares en La Habana prácticamente en cero, Estados Unidos le dio "un poco de agua al dominó", es decir, a los asuntos migratorios con la isla. Sin cambiar el panorama dispuesto hasta ahora para los cubanos, el país norteño movió un poco sus fichas durante la última semana.
Por un lado, el Congreso estadounidense reconoció en un informe citado por Reuters que la reducción de personal de su Embajada en Cuba ha sobrecargado a los funcionarios que allí quedan trabajando y le ha entorpecido a Washington las acciones de supervisión, defensa de derechos humanos, servicios consulares y cumplimiento de acuerdos bilaterales en la isla.
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Recordemos que desde septiembre de 2017, Estados Unidos redujo su personal en La Habana por supuestos "ataques acústicos" que afectaron a 26 funcionarios, provocándoles pérdida de audición, mareos, dolores de cabeza e insomnio, entre otros síntomas.
Por otra parte, declaraciones de Orna Blum, vocera del Buró de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, publicadas en El Nuevo Herald, aseguran que el gobierno norteamericano elevará la seguridad de su personal en la Embajada en La Habana consolidando al mismo "en un número menor de residencias".
A la vez el Departamento de Estado pasó de alertar a los estadounidenses que pretenden venir a Cuba para que "reconsideren" su viaje, a pedirles simplemente que sean más cautelosos cuando estén en la isla.
Lo mejor, al menos lo más alentador, llegó cuando el jueves la Embajada de Estados Unidos en La Habana reanudó su oferta de servicios a los ciudadanos estadounidenses en Cuba, incluyendo renovación de pasaportes, tramitación de la primera solicitud de pasaporte, servicios notariales, servicios de autenticación, informes consulares de nacimiento en el extranjero (CRBA) y asistencia de emergencia.
"Aquí hay gente que cree que si van a Cuba los dejarán presos. Creo que la apertura parcial de la Embajada es solo un modo de presionar, que después la abrirán para el resto de las personas. El gobierno cubano debería enfocarse en responder a las necesidades del pueblo y dejar de escudarse en la política de Estados Unidos para no hacerlo o demorarlo", afirma la cubana residente en Ohio Ana, de 35 años.
En palabras de Raúl, quien vive en Miami, "debieran ayudarnos bajando el precio del pasaporte porque bastante aportamos a la economía nacional. Gastamos más en Cuba que cualquier extranjero. Que se dejen de abuso con tanto papeleo. No hay que desquitarse con los cubanoamericanos por lo que el gobierno de Estados Unidos decide".
"No entendemos por qué si pagamos uno de los pasaportes más caros del mundo, tenemos que sacar una visa para entrar al país. Hay que eliminar las prórrogas para que los cubanos residentes en el exterior puedan entrar a la isla con los pasaportes de otros países. A Cuba le toca hacer cuánto sea posible para que vengamos con mayor facilidad.
"Manteniendo trámites demorados Cuba nunca logrará nada. No podemos olvidar que la mayoría de los cubanos no ha emigrado por cuestiones políticas, sino económicas. Casi nunca se trata de perseguir el sueño americano, sino de reunirse con la familia. No veo el momento en que podamos salir y entrar libremente al país, sin tantas trabas burocráticas y restricciones", refiere Alfredo, un cubanoamericano de visita en La Habana.
Unos 432 642 cubanoamericanos arribaron a Cuba en 2017. Hasta fines de junio último habían llegado alrededor de 266 455 viajeros estadounidenses, cifra que el pasado año alcanzó los 619 777.
"Por lo menos cuando era Oficina de Intereses y no Embajada se hacían todos los trámites aquí. Con o sin 'ataques acústicos' es una falta de respeto a ambos pueblos, a los cubanos de aquí y de allá. Somos parte de un juego político, de un estira y encoge, de una especie de guerra de la diplomacia en la que la parte cubana y la estadounidense debieran estar más activas.
"Esto no frena que los cubanos sigan intentando llegar a Estados Unidos, fundamentalmente yéndose a terceros países de forma legal para luego viajar a Norteamérica. El pollo del arroz con pollo, al menos para Cuba, está en resolver los problemas internos que hacen que los cubanos emigren masivamente", explica el economista Liván.
Si bien los trámites de visas para ciudadanos cubanos y el programa de refugiados siguen detenidos en La Habana, desde marzo pasado el Departamento de Estado anunció que trasladaba de Colombia a Guyana la tramitación de solicitudes de visas de inmigrantes para ciudadanos cubanos y recomendó hacer planes para pasar al menos 14 días en ese país durante el proceso.
A tenor con la habanera Migdalia, "es triste tener que viajar a un país como Guyana, un lugar que está a cuatro horas en avión, con un idioma diferente al nuestro y que no es muy seguro. Es un absurdo tener que ir allá a solicitar una visa. Si todo sigue cerrado para nosotros el año próximo tendré que llevar a mi sobrina de seis años para que se presente en una cita allí porque su mamá vive en Estados Unidos y la está reclamando".
Asimismo la visa de no-migrante puede ser solicitada en cualquier consulado estadounidense del mundo, menos en el de La Habana.
Cifras oficiales plantean que en 2016 Cuba tuvo el mayor índice de rechazo a solicitudes de visas de visitante en Estados Unidos y el segundo más alto en 2017.
Aunque medios guyaneses han referido que más de 700 cubanos viajan semanalmente a ese destino, muchos lo hacen con fines comerciales. "El precio de los pasajes y la estancia, además de gastos en la alimentación y en gestionar una entrevista donde te pueden decir que no, hacen que no valga la pena el riesgo, ni siquiera para los que tienen el dinero para hacerlo. Eso tiene incluso tremendo costo psicológico para los involucrados en eso.
"Existe mucho descontento en la población y la mayoría de la gente espera que vuelvan a abrir la Embajada para los cubanos aquí porque tanto en Guyana como en Colombia ha habido gente estafada mientras intenta obtener una cita para entrevista. También nuestros negocios se han visto afectados porque muchos viajaban desde Estados Unidos para acompañar a sus familiares a las citas aquí en La Habana y son turistas con los que ya no contamos", subraya Arián, arrendatario de habitaciones en el Vedado.
Tal como indica el abogado Sergio, "mantener suspendida la tramitación de visas en el país afecta directamente las relaciones migratorias y los vínculos familiares, los intercambios institucionales y los viajes entre ambas naciones.
"Así es imposible que Estados Unidos cumpla este año el compromiso de otorgar al menos 20 000 visas a cubanos, según dicta el acuerdo migratorio de 1994. Las medidas de la administración Trump han disminuido drásticamente el número de cubanos que visita Estados Unidos".
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