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La escultora Rita Longa vio con buenos ojos en 1997 el empuje de las artes plásticas en Sancti Spíritus y la posibilidad de que la capital provincial se convirtiera en la ciudad de los murales. Veintiún años después, la desidia institucional se ha cargado el proyecto. Jorge Luis López Álvarez, presidente del Consejo de las Artes Plásticas en el territorio, se justifica con la escasez de recursos. "En estos momentos los artistas no tienen con qué trabajar", dijo en declaraciones al periódico Escambray.
López Álvarez reconoce que quizás el organismo que dirige no ha incentivado lo suficiente la creación de murales, pero recuerda que cuando se le hace un encargo institucional a un artista hay que darle los materiales.
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También explica que las intervenciones en lugares públicos necesitan muchos permisos burocráticos (Decreto No. 332 Reglamento del Decreto-Ley No. 328 Del Desarrollo de la Escultura Monumentaria y Ambiental). Los lleva porque se han dado problemas en otras provincias, asegura. "Ese trámite también frena".
El primero en iniciar la tradición muralista en Sancti Spíritus fue el villaclareño Heriberto Manero Alfert, a quien le encargaron en los años 80 los murales de los exteriores e interiores de la sede del Gobierno en la provincia. Ante la escasez de materiales tiró de ingenio y utilizó materiales de construcción como ladrillos, rasillas y losas. Fue así como creó tendencia, admite el artista Félix Madrigal.
Le siguieron los escultores Jorge López, José Perdomo García (que hizo el mural por el aniversario 500 de la ciudad), Julio Neira Millán o el diseñador gráfico René Ávila. Entre todos crearon murales dispersos por toda la ciudad, pero aunque el movimiento "está latente, es esporádico".
Más recientemente se ven casos aislados como el del arquitecto Vladimir Osés, pero Sancti Spíritus "está ahora en el sótano, si de murales hablamos", reconoce Félix Madrigal.
El proyecto de hacer de Sancti Spírutus la ciudad de los murales se mantuvo con vida en la época en que el poeta local, Esbértido Rosendi Cancio, se encargó del Consejo Provincial de las Artes Plásticas, a finales de los 90. Él convocó un concurso anual de muralismo.
Poco después surgió el proyecto Utopía, del artista Julio Neira, que sacó adelante en la provincia tres murales de escultores alemanes y espirituanos, levantados sobre las tapias del río Yayabo.
También del intercambio cultural, esta vez con la Asociación de Amistad Cuba-Italia, nacieron el mural La Poderosa, que está en las cercanías de la antigua sede central de la Universidad de Sancti Spíritus, y otro dedicado a las tradiciones históricos culturales erigido en la Plaza de Jesús.
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