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Es muy bajo el número de médicos cubanos que emigran a Estados Unidos y logran continuar ejerciendo su profesión. Aunque en ese país existe un déficit de unos 165.000 doctores, su sistema de salud prioriza la selección antes de dar respuesta a la escasez de facultativos.
Según el sitio web Cubanet el envejecimiento de los profesionales, los altos precios de la carrera de Medicina y la creciente demanda de los servicios especializados, auguran que el déficit de profesionales sea mayor en el 2025.
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En Florida la situación es seria. En 2004 se creó allí la organización Solidaridad Sin Frontera para ayudar a que profesionales de la salud graduados en el extranjero revaliden sus títulos.
Su presidente, Julio César Alfonso, reveló que en los últimos 12 años han arribado al país alrededor de 10.000 médicos cubanos; de ellos, menos del 1% han podido ejercer su profesión.
La primera barrera a superar es el idioma, dado el bajo nivel de inglés del Instituto de Ciencias Médicas cubano, inferior incluso al de otros países. Otra dificultad es la obsolescencia que padece la enseñanza cubana, que obliga a los cubanos a un fuerte proceso de actualización. Además, la urgencia de encontrar trabajo para vivir y el desconocimiento de las formas para insertarse en un sistema totalmente diferente al habitual.
A todo ello se suma el alto costo de la revalidación. Según Julio César Alfonso, un periodo de reválida de un médico extranjero puede costar entre 30.000 y 60.000 dólares.
“También existe una sutil discriminación a la hora de hacer la residencia, son muy estrictos con el idioma. Basta que tengan un acento hispano”, añadió.
Después de aprobar el Examen de Licencia Médica de los Estados Unidos (USMLE, por sus siglas en inglés), se exige al menos un año de residencia en hospitales, paso obligatorio antes de aprobar la licencia que posibilita ejercer como médico independiente.
Hay quien logra superar los exámenes en poco tiempo, y luego está años con el título sin poder ejercer, pues no encuentra un lugar donde hacer la residencia. Los hospitales ofrecen pocas plazas, que casi siempre son ocupadas por aquellos que estudiaron en el país. Los datos son aplastantes: el 95% de los médicos graduados en Estados Unidos consigue la residencia, frente a un 51% de los licenciados en el exterior.
Tener años de experiencia tampoco es una ventaja. De hecho, puede ser todo lo contrario. Una doctora cubana graduada en 1999 explicó que hay programas de Medicina que exigen menos de cinco años de graduado.
Otra limitante para los cubanos llega cuando la Comisión Educativa para Graduados Extranjeros pide al país de origen la información del plan de estudios del aspirante. Como el gobierno de la Isla se niega a enviar los datos por correo electrónico, los interesados tienen que pedirlos al Ministerio de Relaciones Internacionales, que exige un pago de entre 100 y 350 dólares por documento.
Muchos desisten. No llegan a comenzar la carrera de homologación, y aceptan empleos en áreas de la Medicina, algunos bien remunerados como los de asistente médico, flebotomistas, asistente quirúrgico, asistente de enfermería o terapeutas.
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