Este 7 de septiembre, día de la Virgen de Regla, los habaneros acuden en masa al Santuario de Nuestra Señora de Regla a reverenciarla.
Como todos los años, su ermita de paredes blancas abre sus puertas a todos los creyentes y a no pocos curiosos que se acercan intrigados a admirar su altar.
Con flores y velas, multitud de fieles viajan, por mar o por tierra, al territorio ultramarino de Regla, transformado durante unas horas en lugar de peregrinación.
Más tarde se realiza una procesión donde los sacerdotes sacan del templo la imagen, bellamente adornada, que preside un recorrido acompañada de cantos religiosos y alabanzas a la Virgen.
Asociada por los practicantes de la santería con Yemayá, la Virgen de Regla es para los cubanos la patrona de los marinos y del propio pueblo al que da nombre, fundado hace más de tres siglos.
La iglesia como la conocemos hoy fue construida en 1811, y su torre se terminó en 1818, aunque ya en 1805 la edificación anterior había alcanzado la categoría de parroquia. Es un templo humilde donde resalta la imagen negra, que viste de azul con encajes blancos.
La Iglesia Nuestra Señora de Regla, que es su nombre oficial, fue declarada Monumento Nacional en 1987.
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