La madre de Alina López Miyares, una ciudadana cubanoamericana que fue condenada en octubre de 2017 a 13 años por un supuesto delito de espionaje, quiere que su hija tenga acceso a visitas consulares y a abogados de Estados Unidos.
López Miyares nació en Cuba en 1959 y a los ocho años emigró a Estados Unidos, donde se hizo maestra. Recientemente se repatrió a Cuba. Debido a ello, la Isla la considera ciudadana cubana aunque tenga también la norteamericana.
La propia embajada de los Estados Unidos en La Habana ha declarado en su sitio web que las autoridades cubanas pueden negar a los funcionarios consulares norteamericanos el acceso a ciudadanos con la doble ciudadanía.
López Miyares fue condenada por presuntamente espiar para Estados Unidos junto a su esposo, Félix Martín Milanés Fajardo, un diplomático jubilado que trabajó en la Misión Permanente de Cuba en Naciones Unidas, y que fue sancionado a 17 años. Se conocieron en Nueva York en el año 2000, y se casaron en Cuba. Después de la boda ella regresó a Miami, donde siguió laborando como maestra, y en vacaciones iba a La Habana para estar con su pareja.
La última vez fue en enero de 2017, cuando fue detenida en el aeropuerto de La Habana.
Según Jason Poblete, abogado de López Miyares, su equipo en Washington DC está preparado para viajar a la Isla si el Gobierno cubano les permitiera el acceso a su clienta.
“Ha habido repetidas propuestas para el servicio consular y se han denegado o los cubanos no han respondido” dijo a NBC News.
Al respecto Vicki Huddleston, jefa de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana desde 1999 a 2002, dijo que nunca pudieron ver a cubanoamericanos presos en Cuba. “Nos acercábamos al gobierno y les pedíamos verlos, pero la respuesta siempre fue no”.
Por ahora solo la madre de López Miyares, de 91 años, va todos los meses desde Miami a verla y a llevarle comida. La anciana ha dicho que su hija perdió 40 libras y tiene la presión alta. También su esposo de 97 años, con problemas cardíacos, está afectado. “Nos están matando a mi esposo y a mí”, dijo la mujer, quien ni siquiera pudo presenciar el juicio.
Especialistas en el tema como LeoGrande, exjefe de la misión Huddleston, creen que, de ser culpable, el Gobierno de Estados Unidos podría intentar sacarla de Cuba en un canje de espías.
El último de ellos fue en 2014, cuando Alan Gross y Rolando Sarraff Trujillo, fueron intercambiados por tres de los cinco espías cubanos encarcelados en Norteamérica, como parte del proceso de normalización de relaciones entre ambas naciones.
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