El músico cubano Adalberto Álvarez ha expresado en varias ocasiones su molestia y decepción con la organización del Festival Matamoros Son 2018, en el cual no lo han tenido en cuenta a pesar de ser su presidente.
En una entrevista para el periódico Juventud Rebelde, publicada este sábado, Adalberto aseguró que no está “dispuesto a sacrificar el prestigio de la música que hago, quizá por tener un poco más de público; en eso no voy a claudicar, no voy a hacer concesiones”. Y que la desvalorización y el abandono que está padeciendo el son en Cuba no va a quedar siempre impune, "la historia le pasará la cuenta a muchos algún día".
En cuanto al Festival del Son, el músico dijo que "se trató de organizar. Yo tenía un embullo muy grande; soñé con un festival en Santiago de Cuba, como hace muchos años que no se hacía, pero a este evento se le fue perdiendo el interés desde hace más de cuatro o cinco años. Mientras otros eventos que no son los más representativos de nuestra música cogían fuerza, este se iba muriendo".
Para el Caballero del Son, en el Matamoros Son 2018 "hubo falta de preocupación de muchas partes; a veces me preguntaba si es que ya el son no le interesa a quienes tiene que interesarle, si es que el son no le interesa a los que pueden ayudar. Un festival como ese en Santiago de Cuba, cuna del son, debiera ser el evento por excelencia de la música popular cubana, pero no acaba de recibir el apoyo que necesita".
El afamado compositor y director de orquesta sostuvo que no piensa dirigir más el evento musical "hasta que realmente pueda tener las mismas características de los otros. Es como cuando se habla de las canciones: no abogo por hacerle la guerra al reguetón, solo quiero que estemos al mismo nivel de cualquier músico en la Isla. Aquí toda la vida se bailó rock and roll, mozambique… y se bailó todo lo que estuvo de moda a un nivel parejo".
Antes de cerrar el tema, Adalberto quiso señalar que "la cuestión no está en eliminar otros eventos, sino en que este cuente con el mismo glamur y las mismas cámaras de los demás, y que todo lo que se utilice para unos esté al alcance también en Santiago de Cuba para un género que se lo merece: el son de Cuba, que es nuestra identidad".
Hace un par de meses, el músico culpaba al Ministerio de Cultura de la Isla de “tirar a la basura” el Festival Matamoro Son, suspendido en 2016 y con una trayectoria que data de finales de la década del 80, y exigía una explicación al pueblo, que nunca llegó.
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