Mariela Castro, hija de Raúl Castro, diputada y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), declaró este viernes que ella no impone ni dicta "nada" en el debate sobre la reforma constitucional que abre las puertas a la legalización del matrimonio homosexual en la Isla.
"No impongo ni dicto nada, solo promuevo derechos desde la reflexión y el análisis, desde mi responsabilidad social como directora de una institución científica que entre sus funciones tiene la de promover los derechos sexuales de todas las personas", escribió en su cuenta de Twitter, y se extendió en el tema a lo largo de varias publicaciones en esa red social.
La agencia Efe recuerda hoy que en Cuba es frecuente escuchar a personas convencidas de que el asunto no se habría abordado dentro de la reforma constitucional "sin el empeño de la influyente Mariela Castro", que se ha convertido en una de las principales defensoras de los derechos de los homosexuales en Cuba.
"El Gobierno cubano ha demostrado su voluntad política de avanzar en su agenda de derechos humanos pero el oscurantismo, fanatismo y dogmatismo pretende imponer y dictar viejas reglas", publicó hoy la directora del CENESEX, en velada alusión a las protestas que desde el ámbito religioso cubano ha provocado el debate sobre la legalización del matrimonio igualitario.
Y añadió que confía "en la sabiduría del pueblo cubano", cuya "voz directa" está enriqueciendo el proceso constitucional.
Defendió, además, que existen "numerosos estudios científicos que dan cuenta de la evolución de las familias en la historia y sobre cómo esta institución social, al igual que la del matrimonio, ha sido sometida al control social en los juegos de poder de las clases dominantes".
"El concepto de familia que llaman tradicional o natural no fue asumido pacíficamente, fue impuesto con sangre, tortura, persecución, genocidios de pueblos enteros que fueron estigmatizados como herejes y muchas mujeres condenadas por brujas", destacó.
La redefinición del concepto de matrimonio es uno de los cambios constitucionales que está generando un debate más encendido en la sociedad cubana.
El proyecto de reforma de la Constitución cubana, que se encuentra en fase de debate público, redefine la figura del matrimonio como "la unión entre dos personas con capacidad legal para ello", lo que cambia la Constitución de 1976, que define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.
Si se aprueba esa nueva fórmula, Cuba estaría capacitada, desde el punto de vista legal, para promulgar una ley que ampare el matrimonio igualitario, dando respuesta a una de las principales reivindicaciones de la comunidad LGTB de la Isla.
La Iglesia católica y otras denominaciones cristianas con creciente presencia en Cuba se han mostrado en contra de ese cambio constitucional y algunas de ellas promueven campañas en favor de lo que llaman el "diseño original" de la familia.
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