El Departamento de Justicia norteamericano ha anunciado que destinará más de 70 millones de dólares para "reforzar la seguridad escolar, educar y capacitar a estudiantes y profesores, y respaldar a los agentes de la ley y los primeros en responder que llegan a la escena de un incidente de violencia escolar".
"Estas subvenciones contribuirán en gran medida a brindar seguridad y tranquilidad a los jóvenes y sus familias", añadió en un comunicado difundido este martes 2 de octubre.
"El presidente Trump y su Gobierno garantizarán la seguridad de todas las escuelas estadounidenses", afirmó en este sentido el fiscal general, Jeff Sessions.
Las subvenciones, según reza el comunicado, están relacionadas con la aprobación a principios de este año de la Ley STOP Violencia Escolar, "que otorga fondos para desarrollar sistemas anónimos de denuncia de amenazas escolares, para implementar medidas de seguridad en el edificio escolar y para capacitar a los estudiantes, el personal escolar y el cumplimiento de la ley sobre cómo prevenir la violencia en las escuelas" y que pretende mejorar la seguridad en los centros escolares, reducir la exposición a riesgos, prevenir actos de esta naturaleza y poder responder más rápida y eficazmente en caso de que ocurran.
De igual manera se informa que el Departamento ha concedido más de 64 millones de dólares a agencias estatales para mejorar "la integridad, la calidad y la accesibilidad de los sistemas de antecedentes penales de la nación".
Paralelamente el Departamento asegura invertir más de 1 millón de dólares en apoyar investigaciones científicas "que examinarán los factores que contribuyen a la violencia masiva, identificarán patrones en tiroteos masivos, analizarán historias de vida psicológica y social de los tiradores (...) y examinarán los patrones de compra de armas de fuego de tiradores masivos conocidos, para crear una herramienta de predicción de riesgo".
El pasado mes de febrero Nikolas Cruz llevó a cabo una masacre en la secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, Florida, que acabó con la vida de 17 personas y dejó heridas a otras 14.
En mayo, otras 10 personas perdieron la vida tras un suceso similar ocurrido en la Santa Fe High School, al sureste de Houston, Texas.
Poco después de este incidente, perpetrado por un estudiante del colegio, el presidente norteameriracno reconoció en rueda de prensa ofrecida en la Casa Blanca que "esto ha estado sucediendo por demasiado tiempo en nuestro país. Demasiados años. Demasiadas décadas" y que estaba dispuesto a hacer todo lo que estuviera en sus manos "para proteger a los estudiantes" y "mantener las armas lejos de las manos de aquellos que suponen una amenaza para ellos mismo y otros".
Meses antes había afirmado estar considerando que algunos profesores y trabajadores de centros educativos pudieran portar armas, un planteamiento que motivó la polémica y volvió a evidenciar las posturas encontradas en el país con respecto a la tenencia de armas, al igual que la necesidad de implementar medidas más eficaces que consigan erradicar de una vez tragedias como las de Parkland o Texas.
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