"Este es un estadio donde se hace muy complicado jugar, y a veces, es díficil superar eso", dijo el mánager Bob Melvin sobre la derrota de su equipo, los Atléticos de Oakland, la noche del miércoles en Yankee Stadium.
Los Yankees de Nueva York prevalecieron en su casa a golpe de velocidad y poder. El primer inning fue determinante. El bullicio del estadio hizo presagiar una noche larga para los Atléticos que querían romper las predicciones de las casas de apuestas.
Luis Severino se plantó en el box y retiró a tres por su cuenta. Cuando los Yankees vinieron al bate, Aaron Judge atrapó una recta de 96 millas de Liam Hendriks y puso el partido 2-0, apareciendo más delirio y ruido aún en N.Y.
Los Atlélticos perecen por 8va ocasión seguida en un juego de eliminación de postemporada. La filosofía de Beane y compañía sigue sin aprender a ganar campeonatos cortos de playoffs en lo que se esta convirtiendo la asignatura pendiente de un ideal original y exitoso.
Volviendo al choque, Oakland desperdició dos oportunidades de atacar a Severino en la 4ta y 5ta entrada. En esta última dejaron corredores en primera y segunda base, gracias a un swing desesperado de Jed Lowrie con 2-0, que fue la clave del inning.
Los Yankees extendieron la ventaja gracias a un lineazo de Luke Voit a la pradera derecha y luego otro cuadrangular de Giancarlo Stanton. Los Atléticos recortaron el marcador con un jonrón de Khris Davis en la 8va.
El cubano Adeiny Hechavarría apareció como defensor de la tercera base y dejó el mejor fildeo de la noche.
Por su parte, Aroldis Chapman retiró la 9na entrada y su velocidad se vio en gran forma.
Fue una increíble temporada para Oakland. Los Yankees, por su parte, corroboran que son más fuertes de lo que parecen en la superficie. Los Bombarderos enfrentarán a sus rivales de siempre en la serie divisional: los Medias Rojas de Boston.
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