Son las Ligas Mayores, mi amigo, así que siempre habrá peleas espinosas por el Most Valuable Player. Allí están los más grandes y se baten a lo grande. Sin embargo, aunque este año todos hablan de un quinteto con opciones, para mí existen dos hombres que se distancian de los otros.
Sí, claro, hay un par de elementos de los Indios que son insoslayables. En la antesala, José Ramírez disparó 39 jonrones, se robó 34 almohadillas y empujó 105 carreras en casi 700 visitas a la caja de bateo. Mientras, el parador en corto Francisco Lindor se perdió apenas cuatro juegos de la Tribu, envió 38 pelotas por encima de las bardas y negoció 70 pasaportes gratis.
Tampoco puede ser omitido ese señor, Mike Trout, ahora mismo (y hace un rato) el mejor All Around en todo el béisbol. El outfielder de los Angelinos probó por enésima vez que la franquicia le queda muy pequeña, y una secuencia de .312/.460/.628 grita a los cuatro vientos su capacidad para hacer que el bateo se asemeje a un juego de muchachos.
No obstante, nada ha habido en la Liga Americana a lo largo de 2018 como la puja sostenida por el tándem de los Medias Rojas integrado por Mookie Betts y J.D. Martínez.
Inmejorable adquisición, Martínez se gastó el alarde de subir 130 rayas a la registradora y colocar 43 esféricas en el más allá. Betts, en tanto, lideró la MLB en average (.346), rebasó las tres decenas de cuadrangulares, estafó 30 bases y dejó su OPS en .1078, con WAR estratosférico de 10.2.
Si algo condujo a Boston hasta la postemporada –más que los brazos zurdos de Chris Sale y David Price, más que la estelaridad de Xander Bogaerts o la animosidad del debutante Alex Cora- fueron los esfuerzos conjuntos de este dúo, uno de los más sólidos de los últimos años en el deporte del strike. Unidos, Betts y Martínez fueron algo así como Escila y Caribdis para cuanto pitcher se le paró delante a la plantilla.
Pero debo quedarme con uno y solo uno, por más arduo y molesto que resulte. De manera que ahí voy: mi voto es para Mookie, que en una lucha de colosos donde ambos se dieron banquete con el madero entre las manos, se lució a la defensa con 20 carreras salvadas en el jardín derecho mientras su contrincante se limitaba a la función de designado. Que es un rol importante, pero nunca aporta igual.
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