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En diciembre de 1997 la vida de Victor García cambió para siempre. Aquel año el cubano inició su marcha rumbo a Estados Unidos a través de una lancha rápida pagada para trasladar a un total de 27 personas.
"Le pagaron a alguien para que nos sacaran de Cuba. Me recogieron en mi casa el 28 de diciembre de 1997 y me llevaron a Santa Clara, donde nos albergaron en una casa, relató durante una entrevista a CNN.
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Aquel día abandonó su hogar en La Habana en busca de un futuro mejor. García confiesa que sintió "miedo" en plena ruta migratoria, pero la situación de la mayor de las Antillas le hizo no dar marcha atrás.
"Tenía miedo pero la situación de Cuba era aún más mala", afirmó al citado medio. Víctor terminó en Nassau, Bahamas, antes de llegar al Sur de la Florida.
Llegó a EE.UU. el 28 de febrero de 1998 y fue recogido por su hermano que se convirtió en su maestro y su mejor compañía. Tardó dos meses en poder contactar con su familia.
La presencia de su hermano fue clave para su adaptación al nuevo país. "Llegamos casi a la medianoche a su casa. A él se lo debo todo, fue mi gran maestro. Me lo enseñó todo", aseguró.
Todavía hoy recuerda cómo fueron sus primeras horas en Estados Unidos. "A las tres de la mañana me levantó para ir a trabajar", rememora.
Precisamente su primer trabajo fue como chofer en la compañía de su hermano. "El tenía una empresa con cuatro camiones y él me dio el primer trabajo. Yo en Cuba no tenía auto, así que me enseñó a conducir".
Un esfuerzo y sacrificio que en la actualidad le ha dejado un nuevo escenario al ser el dueño de una compañía de transporte.
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