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Este miércoles, el presidente Donald Trump -en conferencia de prensa en la Casa Blanca- precisó que el Gobierno podría enviar hasta 15 mil soldados, además del personal de patrulla fronteriza existente en la frontera con México, para frenar la caravana de migrantes procedente de países centroamericanos, que se dirige a Estados Unidos.
"Nadie va a entrar", aseguró Trump, y añadió que su Administración no permitirá que ingrese al país ningún inmigrante que "no tenga en mente el bienestar" de Estados Unidos.
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El presidente norteamericano también subrayó que cualquier persona que cruce la frontera será detenida y trasladada a "ciudades de tiendas de campaña" y en otros centros de detención de inmigrantes, pues "ya no estamos haciendo liberaciones".
La declaración supone una rotunda respuesta y un claro enfrentamiento a la caravana de migrantes que lleva varias semanas de viaje para huir de la violencia y la pobreza en Centroamérica.
El Pentágono previamente había dicho este miércoles que ha identificado a cerca de 7 mil soldados en servicio activo que podrían ser enviados a la frontera con México si llegara a ser necesario, incluyendo unos 2 mil que están a la espera y que podrían ser desplegados de inmediato en la frontera sur.
"El número total de tropas desplegadas cambiará cada día a medida que las fuerzas militares fluyan hacia el área operativa, pero las estimaciones iniciales indican que el Departamento de Defensa ha identificado aproximadamente 7.000 soldados para dar apoyo, si es necesario, a la operación", precisó hoy un funcionario militar.
En los últimos días han sido varias las cifras que se han ido manejando desde el Gobierno: desde 800 soldados que se mencionaron inicialmente, luego se aludió a 1000, pero el pasado martes un general estadounidense de alto rago se refirió al probable envío de más de 5.200 soldados a la frontera sur, y dijo que el número de efectivos podría aumentar, algo que el presidente Trump ha confirmado hoy con sus declaraciones.
Sin embargo, muchas preguntas básicas siguen sin respuesta, entre ellas el alcance de la misión y la evaluación oficial de cualquier amenaza planteada por los migrantes que llegan al país.
Varios grupos, incluida la Unión Americana de Libertades Civiles, han acusado al presidente Donald Trump de politizar a los militares antes de las elecciones legislativas de la próxima semana.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, rechazó las críticas de que el despliegue militar en la frontera con México sea un truco político.
"El apoyo que brindamos a la secretaria de Seguridad Nacional es un apoyo práctico basado en la solicitud del comisionado de aduanas y policía fronteriza, por lo que no hacemos trucos en este departamento", dijo Mattis después de una reunión con su colega de Corea del Sur en el Pentágono.
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