La copia restaurada de Guantanamera, codirigida en 1995 por Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, fue patrocinada por Mercury Films y Karmafilms Distribution, y fue estrenada en la clausura del Festival de Cine de Biarritz a finales de septiembre. Aunque el estreno masivo del DVD tendrá lugar en este mes de noviembre, desde el 17 de octubre el largometraje se proyecta en las salas de cine francesas con una entusiasta acogida por parte del público y la crítica.
Estrenada originalmente en 1995, el filme ha sido catalogado por algunos medios franceses como un clásico del cine cubano, con un excelente elenco que integran Mirta Ibarra, Jorge Perugorría y Carlos Cruz, en un largo elenco que incluye también a Raúl Eguren y Luis Alberto García.
El semanario Journal du Dimanche indicó que se trata de un filme “entretenido, fresco e inteligente”, mientras Telerama lo calificó de “completamente euforizante”. Otros medios consideran la película un himno a la vida, a los colores, a la música y a los paisajes e idiosincrasia de la Isla.
La prensa francesa especializada en cine ha elogiado la capacidad de Tomás Gutiérrez Alea para realizar, en sus últimas dos películas Fresa y chocolate (1993) y Guantanamera (1996), ambas codirigidas con Juan Carlos Tabio, un díptico muy crítico sobre la realidad cubana, aunque ambos filmes resulten plenos de encanto, optimismo y amor a la vida.
Los especialistas también insisten en las múltiples facetas de un filme que consigue reconciliar los códigos de la road-movie, la comedia romántica, el humor negro y la farsa política pues se trata de una de las críticas más ácidas sobre la ineficacia y sinrazón del burocratismo.
Recibida fríamente en Cuba a la hora de su estreno, en 1996, en medio de un agrio Periodo Especial que tal vez le impedía al público, obnubilado por las necesidades, disfrutar a plenitud de la película, Guantanamera ocasionó poco después un escándalo político cuando, en un discurso de Fidel Castro, en febrero de 1998, aseguró que “por ahí anda una película que no sé cómo se llama, pero que trata del traslado de un cadáver”, "una película realizada aquí, con recursos de la revolución y del pueblo”, y que no es “una llamada a la lucha y a la resistencia”.
En aquel discurso, por el cual Fidel se disculpó posteriormente, a puertas cerradas, se dijo que este tipo de cintas poco patrióticas olvidan “todos los sacrificios que nos han impuesto los reaccionarios y los imperialistas”, y hacen morbo de las tragedias, cuando brindan esa imagen burlona del pueblo heroico en medio de su mayor gloria y de su mayor heroísmo.
Guantanamera ganó el segundo Coral en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano en 1995, y al año siguiente fue premiada en los festivales de Viña del Mar, Chile, y Cartagena de Indias, Colombia.
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