Trece meses después de que el joven Telemachus Orfanos (27 años) y varios de sus amigos sobrevivieran al tiroteo de Las Vegas, ha acabado siendo víctima mortal de otro tiroteo, el ocurrido en la madrugada del pasado jueves en Thousand Oaks (California), que ha dejado el saldo de 12 fallecidos y al menos una decena de heridos.
"Mi hijo estaba en Las Vegas con muchos de sus amigos y vino a casa. Pero no pudo venir a casa anoche ", dijo entre lágrimas la madre del joven a la prensa.
"No quiero oraciones. No quiero pensamientos. Quiero que haya un control de armas y ruego a Dios para que nadie me mande más oraciones", añadió.
"Quiero que esos bastardos en el Congreso... Necesitan aprobar el control de armas de forma que nadie más tenga a un hijo que no regrese a casa", agregó con la voz temblorosa.
"Sólo hay tres palabras que quiero que escribas, son: Control de armas", dijo la madre de Orfanos a un reportero del New York Times antes de colgarle el teléfono.
Orfanos trabajaba regularmente como guardia de seguridad en el mismo bar en que ocurrió el tiroteo, aunque esa noche no estaba trabajando sino de fiesta, según ha declarado una amiga suya al Huffington Post.
La muerte de Orfanos confirma lo que ya había adelantado el joven Nicholas Champion, sobreviviente del tiroteo de California, quien dijo que en el Borderline Bar and Grill había varios amigos suyos que también habían sobrevivido al tiroteo que mató a 58 personas e hirió a casi 500 más en el concierto de música country en Las Vegas, en octubre de 2017.
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