El Instituto de Planificación Física de Cuba ha aprobado un nuevo Plan General de Ordenación Territorial y Urbano para La Habana.
Según su presidente Samuel Carlos Rodiles, la capital cubana se organizará atendiendo al desarrollo del turismo, el transporte, los espacios públicos y las comunicaciones para conseguir que sea "más habitable y diversa en cuanto a economía y empleo".
Los Planes de Ordenación Urbana clasifican los terrenos y definen dónde se puede construir y dónde no. En países como España, han servido como fuente de enriquecimiento para políticos corruptos que aceptan comisiones millonarias de constructores que persiguen la recalificación de terrenos donde no debería autorizarse la construcción de viviendas.
Rodiles asegura además que en vistas de la celebración de los 500 años de La Habana, se priorizará la atención a infraestructuras, la producción social del hábitat y el desarrollo de energías renovables, pero no explicó a Juventud Rebelde en qué consiste ni a qué se refería.
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