La Habana, 16 nov (EFE).- Unos 200 automóviles fabricados antes de 1960 protagonizarán en diciembre la mayor concentración de vehículos clásicos celebrada hasta la fecha en La Habana con motivo de la primera edición del Gran Premio Anual Iberostar a la Conservación de Autos Antiguos.
Tras una concentración inicial el 1 de diciembre, día señalado para la inscripción, los automóviles volverán a tomar las calles de la capital cubana el 15 de ese mes, día en el que tendrá lugar la entrega de trofeos, informaron hoy los organizadores en una rueda de prensa.
"Estas jornadas tienen el propósito de dar a conocer el amplio patrimonio de automóviles clásicos que posee Cuba con motivo del 120 aniversario de la llegada del primer coche al país", expresó María Barrera, directora de márketing de Iberostar Cuba, patrocinador del evento, en referencia al histórico vehículo francés marca Le Parisien que desembarcó en La Habana en 1898.
Los vehículos que participen en el I Gran Premio en diciembre deben ser anteriores a 1960 y conservar la mayoría de piezas originales, al menos en lo que se refiere a mecánica.
Para evaluar los automóviles, el jurado de cinco miembros valorará aspectos como el aspecto, la presencia de elementos originales, el funcionamiento y calidad del sistema eléctrico o el estado de su espacio interior, con especial atención al cuadro de mandos.
"Va a ser una competencia muy reñida", adelantó el jefe de la comisión técnica que inspeccionará los vehículos, Pablo Álvarez, tras destacar la amplia presencia y variedad de automóviles antiguos y clásicos en Cuba, donde se ven a menudo circulando por las calles y se han consolidado como parte de su patrimonio cultural.
Se trata de vehículos de marcas como Buick, Cadillac, Chevrolet y Ford cuyos modelos datan en su mayoría de la década de los cincuenta, aunque algunos originales se remontan a los años treinta.
"En las calles de La Habana hay muy buenos automóviles, y a veces en los garajes también hay grandes sorpresas", afirmó Álvarez, en referencia a los vehículos clásicos de alto valor cuyos dueños conservan con celo desde hace décadas y que podrían salir a la luz con motivo del Gran Premio.
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