Unos 60.000 venezolanos buscan refugio en Trinidad y Tobago, pero en lugar de protección internacional se encuentran con que tras tramitar sus solicitud de asilo son detenidos y encerrados indistintamente en cárceles de máxima seguridad como la de Arouca o en Centros de Detención de Inmigrantes (IDC) que, según han relatado a CiberCuba personas que han estado detenidas en ellos, terminan siendo peor que la prisión.
Para el diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela Carlos Valero, que ha revelado las cifras de venezolanos en Trinidad y Tobago advirtiendo de que previsiblemente irán a más porque la situación en Venezuela va a peor, es imprescindible que el estado trinitario trabaje en conjunto con las organizaciones dedicadas a la ayuda al refugiado como Living Water Community, representante del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) en este país.
"La clave es que el Gobierno de Trinidad y Tobago asuma una posición de solidaridad y comprensión para con nuestra tragedia humanitaria", ha escrito el diputado venezolano en Twitter, junto a un fragmento de la entrevista que ha concedido a la televisión local CNC3TV.
En Trinidad y Tobago, añade Carlos Valero, hay unos 9.000 solicitantes de asilo de Venezuela y otros 50.000 venezolanos varados.
Las autoridades trinitarias se han comprometido a buscar una salida a la situación de los venezolanos aunque de momento se mantienen en sus trece y aseguran que ellos no tienen leyes locales que amparen la regularización y la concesión de permisos de trabajo y residencia a solicitantes de asilo. Se lavan las manos y aseguran que es cosa de Acnur buscar un reasentamiento de quienes piden asilo político.
Sin embargo, fuentes cercanas a la defensa de refugiados venezolanos aseguran a CiberCuba que no entienden cómo Trinidad y Tobago no tiene leyes propias que contemplen la regularización de los refugiados, pero sí sanciones para castigar su estancia en el país una vez que piden asilo. También critican que la Policía vaya casa por casa preguntando si hay cubanos o venezolanos viviendo ilegalmente en ellas.
Lo que le está sucediendo a los venezolanos afecta también al grupo de 82 cubanos que llevan hasta cinco años en este país a la espera de un reasentamiento y sin que Trinidad y Tobago les permita, por ejemplo, que sus hijos menores de edad tengan acceso a la educación.
Pese a que la situación de cubanos y venezolanos es la misma, los venezolanos tienen la sensación de que el Gobierno trinitario es más condescendiente con los nacidos en Cuba.
Sin embargo un representante del Ejecutivo local avanzó a la prensa que negociaría con la embajada de la Isla en Puerto España la repatriación de 82 cubanos que pasaron tres semanas protestando frente a Acnur. Ignoran de esta forma que los beneficiarios de asilo o a quienes se les tramita la protección internacional no pueden ser repatriados hasta que se resuelva su expediente.
Las autoridades de Trinidad y Tobago han planteado ya la posibilidad de someter a referendo la ratificación de la Convención del Refugiado porque, según han dicho, el sí afectaría al bolsillo de los contribuyentes.
Este punto lo niegan tajantemente quienes se dedican a la defensa de los refugiados en este país porque aseguran que el Gobierno de Trinidad y Tobago no paga absolutamente nada de los gastos de los solicitantes de asilo: ni siquiera les da agua cuando los encierra injustamente en la cárcel.
Es el caso de los 82 cubanos que permanecieron 6 días en la prisión de máxima seguridad de Arouca, conviviendo con criminales, aunque habían sido condenados por un delito menor (obstruir un paso de peatones) después de permanecer tres semanas protestando frente a las oficinas de Acnur. Durante su estancia en prisión sólo les dieron una botellita de agua.
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