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Taxistas cubanos amenazan con parar diez días en toda la Isla a partir del próximo 7 de diciembre, cuando entran en vigor las nuevas regulaciones del trabajo por cuenta propia.
La convocatoria del paro, que han llamado El Trancón y a la que ha tenido acceso Cubanet, anima a secundar la huelga a los boteros, choferes de coooperativas, de guaguas estatales, motoneros, camioneros de pasajeros y todo tipo de conductores.
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La idea es iniciar la huelga en el Capitolio y entregar las licencias si el Gobierno no cede a sus exigencias.
En opinión de los convocantes, las autoridades no quiere arreglar el problema del transporte en la Isla sino frenar "la prosperidad personal del cubano".
En el corazón de la propuesta está el reordenamiento del transporte en La Habana fijando tres tipos de licencias y ninguna acomoda a los transportistas, a los que se les han prometido precios rebajados para piezas de repuesto de las que no dispone el Gobierno.
"Las cooperativas del transporte tienen que comprar sus piezas en el mercado negro a altos precios dado que muchas piezas prometidas por el estado a un costo razonable nunca llegan", apunta la convocatoria.
"Cada día somos víctimas de la corrupción policial y de la burocracia estatal".
Para desconvocar la huelga libertad piden una única licencia operativa de pasajeros, la de taxi libre, para poder operar en todo el país, incluidos enclaves turísticos de Varadero, Viñales y Trinidad.
También reclaman que les dejen usar sólo el combustible que necesitan y eliminar de esta forma el consumo mínimo que les exige el estado.
Reclaman además una subida salarial para los conductores del estado, "acorde a las necesidades básicas del ser humano".
Asimismo solicitan la garantía de poder acudir a un mercado mayorista, donde los precios estén en sintonía con lo que se paga a nivel internacional.
Los transportistas quieren también poder acudir al libre mercado, importando piezas sin tener que salir de Cuba y pagando los impuestos correspondientes.
En sintonía con estos reclamos está la petición del levantamiento de la prohibición para que los cubanos de dentro y de fuera puedan invertir en el país y tener más de un carro con licencia operativa de transporte, trabajadores a su cuenta e impuestos que no sean desmesurados.
Por último piden sindicatos independientes que velen por los intereses de los trabajadores. "El actual sindicato no funciona".
Con estas exigencias, aseguran los transportistas, se beneficia el pueblo ya que aumentaría la oferta y se mejoraría el servicio de transporte. En este sentido, sus impuestos servirían para mantener la Educación y la Sanidad subsidiados por el Estado.
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