No por anunciada la situación deja de sorprender a las autoridades y afectar al pueblo: Desde hace un mes se vaticinó un déficit considerable de harina de trigo, que limitaría la producción de pan en el centro y el oriente del país.
Si bien los directivos explicaron que se tomarían las medidas correspondientes para no comprometer la canasta básica y “los sectores priorizados”, lo cierto es que ya cientos de villaclareños han dejado de recibir el pan normado y se ha detenido el expendio liberado del alimento en los diferentes puntos de venta.
Según declaraciones ofrecidas por Juan Miguel González, director de la Empresa Productora de Alimentos de Villa Clara, los problemas tecnológicos del molino de Cienfuegos, le imposibilitan dar cumplimiento a sus planes de producción, lo que ha impedido la entrega de harina a las empresas alimentarias y de la cadena cubana del pan en la región centro oriental del país.
El directivo informó que la situación es crítica en este minuto, pues su empresa hoy no tiene cobertura suficiente para asegurar siquiera la producción de 1 día.
“Seis panaderías santaclareñas ya han dejado de producir pan, y otros seis municipios presentan una situación similar debido a la escasez de harina y la mala calidad de la última que ha arribado a la provincia”, indicó Gonzáles, al tiempo que explicaba que hoy solo están autorizados a producir pan para los centros educativos internos y seminternos, los hogares de ancianos y círculos infantiles.
Según datos ofrecidos por él, se espera el arribo de dos rastras diarias de harina procedentes de La Habana, para amortiguar la actual crisis que ha paralizado la repostería y la elaboración de panes destinados a las cafeterías, comedores y merenderos estatales.
“Estamos tratando de que Santa Clara se recupere lo antes posible, que es el territorio más complicado actualmente, pero en los demás municipios puede haber graves afectaciones. Hemos hecho cambios en la formulación para poderle dar a la población un pan lo más aceptable posible”, informó el funcionario, y aseguró además que una vez se restablezcan los suministros se entregará el pan atrasado de la canasta básica.
Pero, hasta tanto, los sectores poblacionales de más bajos ingresos se verán afectados, pues muchos cubanos todavía dependen para su alimentación diaria del desabrido y cuestionado “pan de la bodega”. Como señalara jocosamente una vecina del reparto Escambray: “Pánfilo estuviera loco si viviera en Santa Clara”, y no le faltan razones, pues si afectada está la producción del pan normado ¿que podrá esperarse de aquel que se expende de manera liberada?
Según explicó a la radio Marelys Mirabal, directora provincial de la Cadena Cubana del Pan, las panaderías de Villa Clara, al igual que las de Sancti Spíritus, están cerradas por la escasez de harina: “Y no se vislumbran cosas buenas, yo no puedo garantizar una mejoría en el transcurso de esta semana ni durante la que viene tampoco. Nosotros tenemos en este momento la situación bien crítica y bien dura”, explicó textualmente.
A propósito del desabastecimiento que desde finales de octubre comenzaba a hacerse notar en Camagüey, el periódico Adelante publicó el día 3 de noviembre una nota titulada: “Tendencia a que mejore el suministro de harina”. Sin embargo, lo único optimista era el titular del trabajo, pues las declaraciones de Iris Quiñones Rojas, ministra de la industria alimentaria, no podían ser más desalentadoras.
La funcionaria aseguraba que el principal problema radicaba en el molino de Cienfuegos el cual no recibiría las piezas necesarias hasta 2019, pero informaba además que las todas las trituradoras del país presentaban dificultades en su funcionamiento desde inicios de 2018.
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