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La madre puertorriqueña Zorimar Betancourt ha vuelto a oír los latidos de su hijo Stefano seis años después de su muerte latiendo en el cuerpo de otra persona, un cubanoamericano. El joven murió a los 17 años víctima de un robo en Puerto Rico.
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En 2012 esta madre y su hijo se separaron tras una celebración familiar en Dorado, Puerto Rico. Nunca imaginó que sería la última vez que vería con vida a su hijo Stefano C. Steenbakkers Betancourt. Su historia ha quedado recogida por el programa de Antena 3 El Hormiguero.
"Él sale alante y me llama por teléfono y me dice: 'Mami me están pegando por atrás en el auto. No sé qué hacer'. Lo último que oí fue un suspiro de mi hijo", contó al programa.
Stefano recibió un disparo en la cabeza para robarle el auto. Tres días después la familia fue notificada de que el joven tenía muerte cerebral.
Lo que no sabía su familia era que cuando el joven había sacado la licencia de conducir, él mismo decidió inscribirse en Lifelink, el Centro de transplantes de órganos de EE.UU.
"Mi hijo no lo voy a ver en pedazos, yo no voy a dejar que hagan eso, porque yo no tenía la conciencia todavía de lo que es la donación de órganos", cuenta entre lágrimas Zorimar sobre su reacción inicial tras conocer la decisión que había tomado Stefano.
Camilo Valencia, un cubanoamericano al que el corazón de Stefano le dio una nueva oportunidad, agradece el valor de este joven al convertirse en donante. "La gran mayoría se muere esperando por un transplante", apunta.
Las leyes en Estados Unidos permiten conocer la identidad del donante y receptor de órganos. Zorimar se enteró la misma noche de la donación quién tenía el corazón de Stefano.
"Yo quiero saber quién lo tiene y quiero conocer a esa persona. Le prometí a mi hija que ella volvería a tocar el corazón de Stefano", recuerda esta madre ante las cámaras.
Desde el transplante, esta madre y el receptor del corazón de su hijo son íntimos amigos.
Zorimar y Camilo visitaron juntos el Hospital Jackson Memorial de Miami para oír los latidos de Stefano.
-"Gracias", dijo ella.
-"A ti... A Stefano. Un corazón bien fuerte", agregó él. .
-"Te va a durar más de cien años", aseguró Zorimar visiblemente emocionada y ambos se fundieron en un abrazo tras sentir las pulsaciones de Stefano.
Fundación Stefano
Desde la muerte de su hijo, Zorimar impulsa en Estados Unidos la donación de órganos a través de la Fundación Stefano.
"Desde ese momento he vivido para ayudar a otros a poder vivir. No me canso de decir lo que es la MAGIA de la donación de órganos. La posibilidad de regalar años de vida a una persona que le espera la muerte a la vuelta de la esquina", cuenta esta madre en el perfil oficial de esta fundación en Facebook.
"Su regalo de vida le otorgó una segunda oportunidad de vivir a Camilo, Joanne, Melba, Edwin a un señor de Orlando que tenía 32 años el dia de su trasplante y que no he podido conocer", agrega.
Además de su corazón, Stefano donó "su corazón, sus riñones, el hígado, el pulmón izquierdo y el páncreas. El páncreas lo obtuvo una persona que recientemente ha sido abuelo y ha llamado a su nieto Stefano", detalla El Hormiguero.
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