Cubanos opinan sobre la llegada de Internet: “La censura extrema siempre ha estado y estará”

“Ahora nos dan internet, pero imponiendo qué debemos consumir y qué no. ¿Acaso no se dan cuenta de que todo no puede ser una camisa de fuerza?

Internet en Cuba © CiberCuba
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Este artículo es de hace 5 años

Para el informático Andy, internet es “lo mejor que se ha inventado”. A los 33 años se dedica a copiarle “a la gente del barrio” el paquete audiovisual que cada semana se distribuye clandestinamente en la isla, pero no ha abandonado el sueño de aplicar lo que estudió para que los cubanos vivan mejor.

“Internet es un arma mucho más buena, que mala, y me encantaría un día ponerla verdaderamente en función del bienestar de la mayoría. La red de redes es un universo súper poderoso y creo que tenemos derecho a poder acceder a él y manejarlo como entendamos que debemos hacerlo. Uno tiene derecho a conocer y cuestionar lo que conoce. Lo que más daño nos hace como país es el desconocimiento, el atraso tecnológico, la mentalidad obsoleta.


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“Ahora nos dan internet, pero imponiendo qué debemos consumir y qué no. ¿Acaso no se dan cuenta de que todo no puede ser una camisa de fuerza? ¿De que por eso muchos hablan de la existencia de una dictadura en Cuba? ¿A quién quieren engañar con eso de que todo es perversidad y subversión en internet?”, se pregunta el joven oriundo del Cerro.

Por su parte, el cibernético Yasel considera que, “como siempre, existe un doble discurso. El presidente cubano se refiere a la necesidad de que tengamos un internet libre, pero luego dice que tenemos que acceder a los contenidos nacionales, que la ciberseguridad es para proteger al ciudadano y la soberanía nacional.

“¿Debemos abrirnos entonces solo a la visión de Cuba desde Cuba? ¿Por qué hay que darle la espalda a lo que piensen otros sobre lo que pasa aquí? ¿Qué tiene que ver bloquear un sitio web que critica al sistema político cubano con evitar un ciberataque? Se trata de la censura extrema, que siempre ha estado y estará.

“A los informáticos les es más lucrativo trabajar en el exterior, en un taller arreglando celulares o vendiendo el paquete. Eso seguirá pasando mientras el salario estatal sea miserable y la de programación de equipos de cómputo siga siendo la única actividad privada que continúa detenida por no tener aún un marco regulatorio”, afirma quien vive de reparar laptops en el centro de Nuevo Vedado.

De acuerdo con la también informática Mariam, de 29 años, “seguimos reconociendo la insuficiencia de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa)como proveedor de infraestructura de telecomunicaciones, pero la dejamos como el único monopolio de su tipo en el país. Los precios de la telefonía celular en Cuba son de los más caros del mundo y hay cientos de personas esperando por trámites tan sencillos como el traslado de un teléfono fijo.

“Mientras Etecsa nos siga machacando, no podremos tener gobierno online, ni ‘soberanía tecnológica’, ni buenos productos nacionales porque sigue habiendo una única entidad decidiendo a qué páginas entramos y a cuáles no, y manteniendo los precios inaccesibles para la mayor parte de la población.

“Etecsa necesita que le hagan la competencia y no solo empresas extranjeras. La idea es que tengamos al menos dos entidades que atiendan a los usuarios y mejoren los servicios. El internet móvil, por ejemplo, está hecho solo para algunos terminales, pero muchas personas no tienen ese tipo de teléfonos ni el dinero para comprarlos. Además, no se venden computadoras, laptops o tabletas con posibilidades de conectividad, que puedan pagarse por lo menos a plazos”, afirma.

En palabras de Rodolfo, profesor de Física en un preuniversitario capitalino, “tenemos 4,5 millones de tarjetas magnéticas y 5,3 millones de celulares en el país, pero apenas podemos explotar sus potencialidades.

“Si no podemos ni tener información sobre realidades tan simples como los itinerarios del sistema de ómnibus nacionales, ¿qué quedará para los asuntos de administración pública que tanto nos interesan y de los que no sabemos nada? Si incluso hay facultades universitarias en las que la conexión es lentísima y los paquetes del Nauta Hogar no cuentan a veces con la velocidad por la que se les contrata”, concluye.

A tenor con el ministro de Comunicaciones, Jorge Luis Perdomo, “el acceso a internet no solo puede verse de acuerdo a parámetros como los datos móviles o redes inalámbricas de pago” ya que el 60% de los cinco millones de personas que navegan en Cuba, lo hace de manera gratuita desde centros de estudio y de trabajo. Según datos oficiales en la isla hay más de 34 mil entidades estatales conectadas a internet.

Si bien se ha adelantado que para el 2019 se bajará el precio de la conectividad institucional para posibilitar un mejor acceso, desde la óptica del ingeniero industrial Mario, “el bloqueo interno es el que nos hace más daño. Muchos organismos y centros de trabajo tienen internet, pero impiden que los usuarios se conecten a las redes sociales o a dominios de correo internacional.

“Yo uso Twitter desde hace más de dos años porque así me mantengo mucho mejor informado que con el Noticiero Nacional de Televisión. Es triste que casi todos los cubanos que escriben ahí hoy son funcionarios, periodistas o estudiantes de la Universidad de las Ciencias Informáticas”.

Adrián, jefe del departamento de Recursos Humanos de una empresa estatal, indica que “puedo acceder a Facebook, pero no a Twitter ni a Google. Le escribí sobre el tema al dirigente de mi organismo y no me contestó. Pude utilizar Twitter cuando estuve de misión y me consta que es la inmediatez de la noticia. Ahora tengo que twittear esporádicamente.

“No me dejan ni siquiera tener música en la computadora, y dicen que es para respetar la legislación vigente sobre seguridad informática. ¿En qué siglo vivimos? Tendría que ir a una Wifi o sala de navegación para usar exclusivamente esos sitios. El pueblo no solo tiene derecho a la información, sino que debe exigirlo.

“Todos los accesos a internet en Cuba son limitados: da lo mismo si es desde una computadora o un móvil, pero hay muchos lugares donde existe la tecnología y no se explota por falta de conocimientos o por que no se permite su uso, por restricciones obsoletas o regulaciones ministeriales que están vigentes y contradicen lo que plantea el mismo Gobierno.

“Creo que es elección de cada consumidor utilizar las nuevas tecnologías como le plazca. Al final nos hace falta Twitter, Facebook y todo lo que inventan los del más allá”, explica.

Las autoridades cubanas han declarado que está en proceso el establecimiento de un conjunto de normas jurídicas que regirá el programa de informatización de la sociedad y que ya se creó un decreto ley que se aprobará próximamente.

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