Vídeos relacionados:
Rolando (nombre ficticio) es cubano y tiene 28 años. Le faltaba poco menos de un mes para ser padre, pero a finales de diciembre su esposa Ana María (nombre ficticio), de 19 años, perdió una barriga de gemelos estando ingresada en el materno de Güines.
A la joven le tocaba un ultrasonido, pero la ambulancia que debía llevar a un grupo de embarazadas de la localidad a la consulta de Genética no apareció. Ana María no acudió a la cita que tenía pese a que llevaba un mes y tres semanas ingresada por su avanzado estado de gestación (28 semanas) y su embarazo múltiple.
Lo más leído hoy:
Rolando llegó el miércoles 26 de diciembre al hospital, a la visita de las 19:00 horas, a llevarle la comida a su mujer. La joven estaba preocupada porque tenía un flujo extraño y se había puesto un óvulo antimicótico que pagó a 5 CUC el paquete. Su marido le llevó la íntima a la enfermera para que evaluara si todo iba bien y ésta le dijo que iría a ver más tarde a la paciente, porque iba a comer.
Rolando esperó que acabara el horario de comida, de 19:00 a 21:00 horas, pero la enfermera no apareció. Él se marchó. Antes le pidió a su mujer que en cuanto le dijeran algo, llamara a su abuela y le pidiera que le avisaran. Tenía que irse porque estaba construyendo una casita y quería que estuviera lista para cuando nacieran los niños.
Al otro día, Rolando salió temprano a buscar materiales de construcción y a la una de la tarde lo llamaron. Su mujer había perdido la barriga. Sobre las 10:00 a.m. los médicos se dieron cuenta de que los niños estaban muertos.
El día anterior ningún médico vio a Ana María y ni siquiera pasó a verla la enfermera que habían consultado.
Ana María entró al salón de operaciones a la una de la tarde, pero no la operaron hasta las diez de la noche. Permaneció todo ese tiempo con los niños muertos en la barriga, pese a que se quejaba de dolores.
"Creo que mis hijos se podían haber salvado, pero no la atendieron. Si la hubieran atendido, se habrían salvado", se lamenta Rolando, en declaraciones a CiberCuba. Él está convencido de que ha perdido a sus hijos por negligencia médica.
"Me siento mal. Estoy superando todo esto. Nos hemos quedado con la canastilla comprada. Menos mal que mi mujer salió bien de la operación. Aquí los médicos, si se podían haber salvado los nilños no dicen nada. Ana María está muy triste", añadió a este portal de noticias.
Archivado en: