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La Letra del Año, que siempre despierta la polémica en las gradas de los devotos de distintas religiones dentro y fuera de Cuba, promete un 2019 lleno de calamidades para los que habitan la isla.
De acuerdo con el babalawo villareño Luis, de 52 años, "este año será sumamente complicado porque gobierna Oshun, pero no viene trayendo dulzura. Llega acompañada de Oggún y eso se traduce en problemas.
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"Es difícil esperar algo bueno de Oshun cuando está al lado de un guerrero. Si viniera con Obbatalá, tal vez fuera más tranquilo el panorama. El signo de este año habla de muchos muertos por disputas y enfermedades".
"De todas formas, la Letra del Año es una predicción para todo un país y la respeto muchísimo, pero la Letra por la que yo me guío es la que me da Orula directamente a mí. Donde único existe una tradición así es en Cuba".
"Seamos de la religión que seamos, todos debemos desearnos más salud, paz y desenvolvimiento. Se hacen oportunas advertencias, mas, independientemente de lo que anuncian, son nuestras acciones las que deciden lo que somos en la vida", advierte el religioso.
En palabras del informático Rogelio, de 34 años, la Letra del Año forma parte de la identidad cubana y ni ahí se habla del aumento de salario o la solución a la doble moneda. "Ojalá que Oshun nos traiga amor y paz y que Oggún guarde el machete porque ya aquí tenemos bastante violencia".
"Debemos agradecer a los Orishas por alertarnos de lo malo que se avecina. Seguiremos sin viandas porque los suelos no son fértiles, habrá derrumbes por las penetraciones del mar y seguiremos sin tener qué despilfarrar y con problemas con la justicia. Uno no sabe si reír o si llorar", indica.
No obstante, un forista de Cubadebate desea "que la bendición de Oshun, mi madre, y Oggún, mi padre, acompañe a toda mi familia y al pueblo de Cuba. Religiosos o no vamos a escuchar y a convivir con estos signos fuertes que Orula ha dado". A eso agrega la necesidad de interiorizar cada elemento abordado en la Letra del Año.
Si bien las adivinaciones del documento que se publica anualmente en Cuba desde inicios del siglo XX son demasiado obvias para algunos, porque constituyen hechos que ocurren con regularidad en la Isla, son muchos los que defienden que hay que hacerle caso a Orula porque no se equivoca.
En palabras de Liliam, fiel devota de Yemayá, "hay quienes consideran que Orula no ha explicado nada nuevo y se burlan de lo que ha dicho, pero se olvidan fácilmente de que el respeto al derecho ajeno es la paz. Nadie debe reírse de las creencias de otro y eso en Cuba pasa mucho. Aquí el que más o el que menos tiene fe en algo".
"Hay gente que afirma que no cree en na’ y va a consultarse por la madruga’, como en la canción. ¿Quién en Cuba no ha encendido una vela a los santos cuando lo ha necesitado? ¿Quién no ha puesto un vasito de agua, sea creyente o no? ¿Quién no ha hecho una promesa? Normalmente acuden a la religión cuando la medicina falla".
"La Letra del Año pide que el hombre no siga siendo el propio destructor del hombre, y evite los desastres para todos los seres humanos. Se repite lo de la agricultura, las enfermedades venéreas y lo de la ética religiosa. Que no nos coja por sorpresa lo que vamos a tener que enfrentar este año que será malo, según el signo que viene marcando", destaca la ama de casa de 46 años.
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