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El mandatario cubano Miguel Díaz-Canel dijo durante el Taller Nacional de Informatización y Ciberseguridad Territorial realizado en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), que "hay que seguir estudiando cómo bajar más las tarifas para lograr mayor acceso de la población a Internet".
En un país donde el salario promedio es de aproximadamente 30 CUC, los servicios de Internet se vuelven una ilusión para muchos. El Gobierno cubano lo sabe, pero sigue cobrando precios desorbitados.
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Desde le pasado 6 de diciembre los cubanos pueden contratar Internet por datos móviles, con tarifas escandalosas: 600 MB por 7 CUC, 1 GB por 10 CUC, 2.5 GB por 20 CUC o 4 GB por 30 CUC.
Solamente durante el primer mes de la 3G, el Gobierno de Cuba ingresó más de 12.5 millones de CUC por la venta de paquetes de datos móviles o 3G. De más está decir que la mayoría de estas personas pagan su Internet con las recargas o remesas que les mandan desde el exterior, ya que "el 32% de las personas que viven en el exterior reciben algún tipo de ayuda de sus familiares en Cuba y 77% de los emigrantes cubanos envían ayuda a sus familiares en la isla", según la Encuesta Nacional de Migraciones.
El mandatario cubano incluso llegó a decir durante las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular que con el acceso a Internet se le está dando a los cubanos prosperidad y calidad de vida.
Tampoco es la única vez que se refiere al comercio electrónico y sus posibilidades como quien "descubre el agua tibia".
"No tiene sentido que muchas personas hoy tengan una tarjeta en la cual tienen sus salario y tengan que ir al cajero a sacar dinero para comprar algo", dijo.
Según Díaz-Canel, lo lógico sería que con una tarjeta y con el carnet de identidad actual "uno pueda hacer todos los trámites de compras y ventas que necesite en la vida". Sin embargo, el pago con tarjeta en los comercios sigue sin arrancar por problemas en la conexión de los POS.
Todos sabemos ya que eso es lo lógico, como lógico es que el Internet no tenga precios tan altos y los salarios en Cuba no sean tan bajos. Pero como también sabemos, ¿qué queda con lógica en la Cuba de hoy?
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