Esa es la pregunta que muchos cubanos se hacen cuando está a punto de concluir el primer mes del año, y los anaqueles y neveras continúan vacíos.
En territorios como Villa Clara el pollo, es uno de los grandes ausentes en las tiendas recaudadoras de divisa, pero también en los mercados estatales resulta una odisea conseguirlo. El vinagre, la leche en polvo, el detergente, la harina de trigo, y más recientemente el arroz completan la larga lista.
Más allá de esos productos y las necesidades puntuales de cada quien, las TRD no dejan lugar a dudas, y sus propios dependientes confirman con una sentencia categórica lo que cada cliente puede constatar: “no hay de nada”.
“Tenemos muchos ojos encima, y se nos han dado orientaciones precisas de no dejar que nadie compre una cantidad exagerada de algunos productos. Pero las cosas escasean porque los suministros están por debajo de lo habitual. Mientras todo siga así entonces claro que los estantes seguirán vacíos”, confirmó uno de esos trabajadores.
Esas disposiciones se mantienen de manera velada luego que el Ministerio del Comercio Interior estableciera regulaciones concretas solo para los días finales de 2018, pero, a punto de cerrar enero la escasez continúa. No se hace pública la orientación, pero las regulaciones continúan en productos como el aceite vegetal.
“Fíjate bien, si están desabastecidas estas tiendas, donde se triplican los costos de importación y es un negocio cerrado para ellos, ¿qué se puede esperar de aquellos otros comercios más de pueblo?”, reflexiona en voz alta un cliente de la tienda Siboney en la ciudad de Santa Clara, ante un largo estante donde solo se ofertan lentejas.
Esos otros comercios a los que se refiere, son en lo fundamental los mercados industriales que en los últimos años se habían fortalecido con ofertas de productos liberados, pero que en provincias como Villa Clara tuvieron un reflujo en 2018.
Los suministros de arroz, chícharos, frijoles, harina de trigo, chocolate y pollo, por ejemplo, experimentaron grandes irregularidades a lo largo de todo el año, mientras que el huevo dejó de ser liberado para los villaclareños, y continúa normándose a razón de 5 posturas por consumidor.
En este minuto la situación es más preocupante aún, pues a punto de finalizar enero, no hay arroz liberado en los mercados. De modo que quienes hayan consumido las 7 libras per cápita que se les asigna por la bodega, no tienen manera de encontrar el grano en los puntos de venta liberada.
Ello contrasta con lo declarado en diciembre pasado por Digna Morales, directora de comercio en la provincia, quien aseguró que tenían en inventario cantidades récord del cereal, y contradictoriamente defendió las restricciones del ministerio durante el fin de año “para no generar desabastecimiento”, según dijo entonces.
La situación del pan es harto conocida, y aunque en la capital cubana se logró estabilizar la producción sería errado considerar que lo mismo ocurre en el resto del país. Conseguir un pan sigue siendo una misión imposible en el centro de la isla, pero mucho más en algunos territorios orientales, donde se ha disparado la venta de casabe.
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