CIUDAD DE MÉXICO/CARACAS, 25 ene (Reuters) - El activo más importante de Venezuela en el exterior, su unidad de refinación en Estados Unidos de 10.000 millones de dólares, prepara una estrategia legal para bloquear esfuerzos que apunten a remover a su directorio y que se destinen sus ingresos a un gobierno de oposición, dijeron fuentes cercanas al tema.
Juan Guaidó, el jefe de la Asamblea Nacional controlada por la oposición que se proclamó presidente encargado esta semana, está considerando nombrar a un nuevo equipo para que encabece a Citgo, dijeron dos fuentes a Reuters.
Pero Nicolás Maduro dijo el viernes en Caracas que su gobierno buscaría defender a la refinería, lo que planteó la posibilidad de que Citgo, controlada por ejecutivos designados por Maduro, se convierta en un campo de batalla entre los dos bandos que reclaman el liderazgo de Venezuela.
"Citgo es propiedad del Estado venezolano", dijo Maduro, agregando que el país miembro de la OPEP planea seguir vendiendo crudo a Estados Unidos, el principal destino de sus exportaciones de petróleo y la mayor fuente de dinero de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Estados Unidos lideró a un numeroso grupo de naciones occidentales que reconoció esta semana a Guaidó como presidente de Venezuela. La Casa Blanca ha estado explorando formas de redirigir los ingresos del petróleo a la oposición, pero el camino para lograrlo no está claro.
Citgo es una filial propiedad absoluta de PDVSA, pero no ha podido enviar sus ingresos en forma de dividendos a Venezuela debido a las sanciones de Washington.
El directorio de Citgo viajó a principios de esta semana a Bahamas, donde el año pasado se instaló una oficina de la compañía. Sus integrantes buscarán vías legales para seguir liderando la firma, dijeron dos fuentes de la empresa.
Un vicepresidente de Citgo viajó por separado a Washington esta semana para conversar sobre el futuro de la compañía, agregaron las fuentes.
"Citgo está registrado en Delaware. Pertenece a Venezuela, que ahora tiene dos presidentes. Estados Unidos reconoce a uno, pero no es quien nombró a los integrantes de la junta de Citgo", dijo una de las fuentes, explicando los desafíos legales.
La red de refinación de 750.000 barriles por día de la empresa de Houston es el mayor importador de crudo venezolano en Estados Unidos. Una portavoz de Citgo dijo que los ejecutivos no estaban disponibles para entrevistas por el momento.
Para los primeros nueve meses de 2018, Citgo registró una ganancia neta de aproximadamente 500 millones de dólares de ventas brutas por 23.000 millones de dólares y tenía 3.400 millones de dólares en deudas financieras, según un acreedor con acceso a sus saldos, que no son públicos.
Una fuente de la oposición venezolana familiarizada con los planes de Guaidó dijo que la meta al apuntar a Citgo es recaudar fondos. Pero no está claro si cualquier intento para desviar fondos de PDVSA, que es controlada por Maduro, o sus subsidiarias tendría éxito.
"No creo que el gobierno de Trump tenga derecho a decirle a nadie dónde irán los ingresos del petróleo, ciertamente no en esta etapa", dijo Michael Fitzgerald, socio de Paul Hastings que se enfoca en América Latina.
Algunos acreedores de Venezuela se han involucrado en el largo proceso legal de tratar de exprimir los pagos de Caracas a través de Citgo. Sin embargo, ahora corren el riesgo de obtener poco a cambio de los millones de dólares gastados en honorarios legales si Estados Unidos toma medidas contra los activos venezolanos en su territorio.
La Casa Blanca se ha resistido a imponer un embargo a las importaciones provenientes de Venezuela, en parte debido a la oposición de las refinerías estadounidenses que tienen dificultades para acceder al suministro de crudo pesado.
Las refinerías estadounidenses actualmente importan alrededor de 500.000 bpd desde Venezuela. Gran parte de la demanda proviene de complejos refinadores en la costa del Golfo que utilizan el crudo para fabricar productos de alto margen como el diésel.
(Reporte de Marianna Parraga en Ciudad de México y Corina Pons en Caracas; Reporte adicional de Brian Ellsworth en Caracas, Gary McWilliams y Laila Kearney en Houston, Luc Cohen en Bogotá, Jessica Resnick-Ault en Nueva York, y Tom Hals en Wilmington; Editado en Español por Javier Leira y Ricardo Figueroa)
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