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Tal vez la mejor manera de recordar a Martí, y celebrar su aniversario, consista en recordar las ideas de El Apóstol sobre la libertad y el periodismo, dos elementos esenciales en esa república que él soñó con todos y para el bien de todos. (Los siguientes fragmentos han sido extraídos del Diccionario del pensamiento martiano, de Ramiro Valdés Galarraga):
1. “Las libertades perecen donde el bienestar no las sustenta: viene la masa inculta, viene el demagogo (…) luego viene el tirano”.
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2. “No existe gobierno invulnerable, la prensa debe ser el examen y la censura, nunca el odio ni la ira que no dejan espacio a la libre emisión de las ideas”.
3. “De nada servirían la libertad y el derecho, si el derecho y la libertad no se ejercieran, si todavía tuviera el pensamiento, sobre sus espaldas, el látigo de la censura”.
4. “Ni escribe el escritor, ni habla el orador, ni medita el legislador, sin libertad; de obrar con libertad viene obrar con grandeza”.
5. “Hay un estado político que tiene el monopolio de todas las virtudes: la libertad ilustrada. No aquella libertad que es entendida por el predominio violento de la clase pobre vencida sobre la clase rica un tiempo vencedora, que ya se sabe que esa es nueva y temible tiranía”.
6. “No es el oficio de la prensa periódica informar ligera y frívolamente sobre los hechos que acaece, o censurarlos con mayor suma de afecto o de adhesión. Toca a la prensa encaminar, explicar, enseñar, guiar, dirigir, tócale examinar los conflictos, no irritarlos con un juicio apasionado; no encarnizarlos con un alarde de adhesión tal vez extemporánea”.
7. “Urge liberar a los hombres de la tiranía, de la convención, que tuerce sus sentimientos, precipita sus sentidos y sobrecarga su inteligencia con un caudal pernicioso, ajeno, frío y falso”.
8. “No tiene la libertad amigos más pomposos y vociferadores que los que le han hecho traición, y están a toda hora a punto de hacérsela”.
9. “Nada hay que cautive tanto el ánimo como una convicción noblemente tenida, honradamente dicha, libre y concienzudamente expuesta; nada hay que lo aflija tanto como un alarde de creencia, un lujo de conocidas falsedades, una convicción vacilante y sostenida por un mentir apasionado, un hecho leal y sincero comentado de una manera conscientemente errada y desleal”.
10. “Quien no ayude a levantar el espíritu de la masa ignorante y enorme, renuncia voluntariamente a la libertad”.
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