De acuerdo con datos publicados por el medio oficialista Granma, casi 5.000 personas permanecen evacuadas en La Habana tras el tornado que el pasado domingo devastó a varios muncipios de la capital.
Según las cifras, unos 4.780 damnificados están alojados en casas de familiares y 164 se encuentran en centros estatales de acogida.
Asimismo, 74 lesionados reciben todavía tratamiento en hospitales, 12 de ellos graves, y de esos dos muy graves.
El tornado que arrasó los municipios habaneros de Regla, Guanabacoa, San Miguel del Padrón, Diez de Octubre y Habana del Este en la noche del pasado domingo dejó un saldo de cuatro muertos, 195 heridos y más de 1.900 viviendas dañadas.
En los municipios antes mencionados, se registran 579 derrumbes totales, entre caídas de paredes y techos.
Aún hoy más de 136.000 personas permanecen sin electricidad, de casi medio millón que quedaron sin el servicio el domingo, según los últimos datos oficiales disponibles.
Por otra parte, unos 22.500 habaneros reciben agua en camiones debido a las roturas de las tuberías, y quedan por solucionar 12.834 interrupciones del servicio telefónico.
Luego de varios días estos lugares de La Haban son sitios donde se acumula el escombro y la desolación. Muchas han sido los que desde dentro y fuera de Cuba han querido apoyar a los damnificados.
A través de redes sociales, muchos cubanos y extranjeros están realizando campañas para hacer donativos a la Isla, exigiendo que Cuba levante o disminuya los impuestos aduaneros a las ayudas que envíen.
Por su parte, el gobierno cubano pidió que los donativos se lleven a centros estatales y, en el caso de aportes en metálico, que se depositen en la cuenta bancaria establecida para el 500 aniversario de La Habana, especificando que el dinero se destina a los damnificados por el tornado.
A pesar de la situación que vivió la ciudad con el tornado, el gobierno de la Isla decidió llevar a cabo el pasado 28 de nero la Marcha de las Antorchas, algo que ha sido muy criticado por el terrible panorama que se vive en Cuba en estos momentos de desesperación a causa del desastre natural.
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