Unos 2.500 médicos cubanos que no regresaron a la Isla tras el fin del programa “Más Médicos” están desesperados porque no pueden ejercer su profesión en Brasil y en su país se consideran desertores, relata la agencia Efe.
Las vidas de 8.332 profesionales de la salud cambiaron luego de que Cuba decidiera acabar con el programa de colaboración, tras unas declaraciones realizadas en noviembre por el entonces presidente electo Jair Bolsonaro de que los integrantes de Más Médicos eran “esclavos”.
Del total de especialistas, la mayoría optó por retornar a la Isla definitivamente; otros volvieron pero luego regresaron a Brasil, y un tercer grupo decidió romper con el Gobierno de Cuba: los llamados “desertores”, que no podrán por ello visitar su tierra hasta dentro de ocho años.
Los más de 2.500 cubanos que permanecen en el país sudamericano deben esperar ahora a que sus colegas nacionales rechacen las 800 plazas del programa que aún están vacantes, pues el Gobierno brasileño les ha dado prioridad a sus médicos.
El concurso para ocupar esos puestos se abrirá de nuevo el próximo 18 de febrero. En la primera convocatoria las inscripciones de los médicos locales superaron las capacidades, sin embargo, parte de los seleccionados renunciaron a su plaza al tratarse de zonas de difícil acceso o faltas de recursos.
Efe conversó con el Yennier Escobar, de 33 años, quien el pasado 14 de noviembre, cuando había conseguido cumplir “su sueño” de traer a su familia de Cuba, le comunicaron que debía volver.
Él decidió obedecer y pasar el fin de año con su familia, antes de regresar a Brasil. Con ello evitó la condición de “desertor”.
Para Brasil, Yennier y varios de sus compatriotas son refugiados. Con esa condición no perdió su condición de residente y podrá aspirar a una cartera de trabajo, trámite que demora.
Si no lograra ninguna plaza de su carrera, está dispuesto a trabajar “en lo que aparezca, cualquier cosa que sea legal”. Mientras, sueña con una convocatoria de examen de reválida en la que extranjeros y nacionales compitan en igualdad de condiciones.
Por ahora, solo pide “humanidad” al Gobierno brasileño: “Creo que hemos sido buenos con este pueblo”, expresó.
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