Unidad especial de la policía venezolana, señalada por abusos y asesinatos

CARACAS, 3 feb (Reuters) - La violencia de las fuerzas de seguridad de Venezuela ha contribuido más y más a la alta tasa de homicidios del país, una de las mayores del mundo. Desde 2010 a 2017, la proporción de homicidios cometidos por los cuerpos uniformados aumentó de un 4 a un 27 por ciento, según Keymer Ávila, profesor de criminología en la Universidad Central de Venezuela, quien calcula que aumentó más el año pasado.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro ha enviado tropas a barrios pobres en otras oportunidades, como la llamada "Operación de Liberación del Pueblo" en 2015 para eliminar a delincuentes, lo que, según grupos de derechos humanos y residentes de barriadas, llevó a un aumento de los asesinatos extrajudiciales.

Grupos de derechos humanos dicen que las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) han sido un factor de especial preocupación desde que Maduro las creó en 2017.

Con cerca de unos 1.300 integrantes armados con equipos de Rusia y China, la unidad ha matado a más de 100 personas desde agosto pasado en barrios pobres, dijo el grupo local de derechos humanos Provea en un informe del 26 de enero.

Mientras Maduro combate el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y el apoyo de las potencias occidentales al líder de la oposición, Juan Guaidó, las FAES han proclamado su lealtad al gobierno.

"No son momentos fáciles, son momentos extremadamente difíciles (...) momentos en que tenemos que demostrar quiénes son los leales y quiénes no son leales", dijo el comandante de las FAES, Rafael Bastardo, en un discurso divulgado en la cuenta de Instagram del grupo.

El fiscal general de Venezuela, Tarek Saab, dijo el viernes que las autoridades investigarían a cualquier oficial que realizara una ejecución extrajudicial. Agregó que han detenido a varios policías en los estados Bolívar y Yaracuy por la muerte de manifestantes.

Ningún oficial de las FAES había sido arrestado, dijo.

Reporte de Angus Berwick. Reporte adicional de Shaylim Valderrama. Traducción de Vivian Sequera. Editado en español por Javier López de Lérida.