La Casa de Paso de la Divina Providencia, un comedor situado a menos de un kilómetro del puente Simón Bolívar, en la frontera colombo-venezolana, sirve alimentos a más de 4.000 ciudadanos de Venezuela que diariamente cruzan la línea limítrofe, reporta la agencia de noticias Efe.
En el local, ubicado en el municipio colombiano de Cúcuta, se forman largas filas de niños y adultos que pueden llegar a recorrer casi dos calles. Según Efe, en la mayoría de las ocasiones este es la única comida que consumen en el día y, que -con suerte- pueden llevar a sus familias.
"Para llegar acá tengo que caminar ocho cuadras", asegura Carlos Rodríguez, residente de San Antonio del Táchira, en Venezuela.
Arroz, lentejas, carne desmenuzada y yuca, son algunos de los alimentos que se pueden encontrar en los platos que brinda el comedor comunitario, una iniciativa de la Diócesis de Cúcuta.
"Hoy nos dieron unas lentejas bien buenas; el comedor es muy bonito y dan muy buena atención; todo está limpiecito", describe la venezolana Nelly Amparo García, quien tarda media hora en llegar al centro desde su hogar.
El comedor comenzó a funcionar el 5 de junio de 2017, bajo la supervisión del sacerdote colombiano José David Cañas Pérez, con el objetivo de auxiliar a los venezolanos que llegaban al territorio.
Al principio, los esfuerzos no daban abasto a la inmensa demanda. Hasta que el pasado año, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), de la ONU, se integró al trabajo de la Casa de Paso.
"Nosotros, desde lo humano, tratábamos de dar 100 almuerzos diarios pero no pensamos que iba a entrar lo divino; llegó la misericordia de Dios y empezaron a aparecer los servidores, porque esta casa funciona por ellos, un promedio de 120 por día", señaló el sacerdote.
Actualmente, en el comedor -también apoyado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)- trabajan tres tipos de personas. Los venezolanos, vestidos con camisetas vinotinto y azules, que reciben un plato extra de comida al final del día por su colaboración. Además de los voluntarios de la iglesia católica y los contratados por el PMA.
De acuerdo al último informe de Naciones Unidas, más de 1.6 millones de venezolanos han dejado el país desde principios de 2015, "generando una crisis internacional que ha desatado alarma en Suramérica" y empeorando crecientemente las relaciones de ese país con su vecino Colombia, ya que una parte considerable de los Venezolanos que huyen de la crisis se refugian en la nación cafetera.
Los primeros siete camiones con ayuda humanitaria para el pueblo de Venezuela llegaron el pasado jueves al centro de acopio en Cúcuta, a la espera que el gobierno de Caracas los autorice a entrar.
El depósito está situado en una zona despoblada, cerca del Puente de Tienditas, que conecta a ambos países, y que desde el martes permanece bloqueado del lado venezolano con dos contenedores y un camión cisterna.
La obstaculización es una orden del gobernante Nicolás Maduro y del ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. El mandatario venezolano había declarado, anteriormente, que la ayuda humanitaria era un método para precursar una invasión encabezada por Estados Unidos e insistió en que "nadie entrará, ni un solo soldado invasor".
Con los camiones en la frontera, los gobiernos de Colombia y Estados Unidos esperan presionar a Maduro para que abra las vías de acceso.
Recientemente, el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó se dirigió públicamente a su pueblo para explicar las diferentes fases del proceso; y advirtió a Maduro que no se atreviera "a robar la comida y las medicinas de la misma forma en que se llevó nuestros sueños".
Varios países del mundo han reconocido al titular de la Asamblea Nacionao, Guaidó, como el líder legítimo del país petrolero.
(Con información de Efe, Reuters y AP)
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