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Los precios de los autos Lada en Cuba siguen el mismo camino que otros muchos productos: están por la nubes y para nada ajustados a la realidad de los cubanos. En dependencia del modelo y el estado del automóvil pueden ir desde los 20.000 a los 40.000 CUC en Revolico.
En una búsqueda por modelos en esta web de compra-venta en Cuba, el precio de los Ladas es de media superior a los 25.000 CUC.
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Como sucede con otras ofertas en esta web cubana, el alquiler de apartamentos en La Habana por ejemplo, los precios de los Ladas llegan a ser abusivos.
El modelo con el precio medio más barato es el Lada 2105, unos 24.416 CUC, le sigue el Lada 1600, en 26.394 CUC y el modelo Lada 2107 es uno de los más caros, más de 31.490 CUC.
En Revolico las descripciones del estado de los autos Lada van de un extremo a otro, o son muy detalladas o simplemente dicen: "soy el dueño certifico en mano listo", como escribió el propietario de un Lada 1600 que cuesta 21.000 CUC.
El precio de este modelo de Lada precisamente va desde esa suma hasta los 33.000 CUC. Un coste casi imposible para los ciudadanos cubanos que cobran de media al mes unos 30 CUC y en un país donde el salario mínimo son de 9 CUC.
"En buenas condiciones, no hay que chapistear, con sistema de alarma, reproductora, recién reparado el motor (grande), estándar el cigueñal (todo nuevo menos el block). caja 5ta
Está en Holguín", especifica el dueño de un Lada 1600 valorado en 25.000 CUC.
Mientras los precios de los Ladas 2105 van desde los 25.000 hasta los 36.000 CUC, la compra de un carro Lada 2107 puede ir de los 20.000 a los 40.000 CUC.
"El carro está en perfecto estado, tiene una excelente línea, ha sido siempre de una familia por lo cual está bien conservado, me ajusto algo en el precio", es uno de los 51 anuncios consultados de Ladas en Revolico.
La compra-venta de carros en Cuba pasó de ser prohibida a prohibitiva en pocos años y por lo visto en Revolico no es una realidad que vaya a cambiar en poco tiempo.
Los Ladas, que llenaron la Isla durante la antigua Unión Soviética e incluso ahora regresan al sector estatal de la mano de Vladímir Putin, no escapan a la burbuja de un país que sigue sin tener un mercado con oferta y demanda que regule los altísimos precios que llegan a tener los automóviles en Cuba.
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