Seis migrantes cubanos y un africano fueron detenidos en la noche de ayer martes cerca de la frontera con Costa Rica, tras haber escapado a primera hora de la mañana del campamento en Los Planes de Gualaca, en Chiriquí, donde se concentran varios cientos de migrantes cubanos y de otras nacionalidades desde hace varios días.
La noticia ha sido dada a conocer por Radio Televisión Martí, que indica que los migrantes fueron detenidos a unos veinte minutos de la frontera con Costa Rica.
Su intención era ingresar en territorio costarricense y a partir de ahí seguir cruzando fronteras hasta suelo mexicano, con el fin último de pedir asilo a las autoridades norteamericanas en el territorio fronterizo de México con Estados Unidos.
Uno de los migrantes cubanos que había abandonado el campamento, ha explicado al citado medio que las autoridades pararon el ómnibus donde iban, les pidieron identificación y luego los montaron en una patrulla de regreso a Chiriquí.
No obstante, el joven entrevistado -que comenzó su travesía por Trinidad y Tobago- asegura “que fueron los mismos agentes del Servicio de Inmigración quienes aconsejaron a los migrantes abandonar el campamento en grupos de 10”.
Por otra parte, varios medios locales indican que los migrantes cubanos, haitianos y africanos que se encuentran en Chiriquí han dicho sentirse "engañados por el gobierno de Panamá", porque les habrían quitado sus teléfonos celulares para mantenerlos incomunicados.
“Cuando se nos trasladó de Darién a la provincia de Chiriquí se nos informó que era para permitirnos continuar con la caravana hacia Costa Rica para avanzar hasta llegar a los Estados Unidos y no para que nos mantengan recluidos dentro de un albergue”, ha declarado una cubana al diario Dia A dia.
Otros indican que el espacio en el que están albergados es reducido para tantas personas y que las condiciones son difíciles.
Este miércoles, los presidentes de Panamá, Juan Carlos Varela, y de Costa Rica, Carlos Alvarado, se reunirán cerca de la frontera común para tratar el tema de los migrantes irregulares, que comenzaron a ingresar a territorio panameño en el fin de semana del 9-10 de febrero.
Panamá actualmente gestiona a más de 700 migrantes irregulares, el 57 % de ellos cubanos y el resto de países como Haití, Camerún, Ghana, Eritrea, Etiopía.
No obstante, el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Jonattan Del Rosario, ha recalcado que "tampoco es la peor crisis de migrantes" que ha enfrentado el país, en alusión a los miles de cubanos que quedaron varados entre finales de 2015 y el primer trimestre de 2016, en Panamá y Costa Rica, luego de que Nicaragua cerrara su frontera.
En aquella oportunidad, los migrantes fueron evacuados a través de un operativo especial que contó con el apoyo de México.
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