El tema de los migrantes ilegales -en su mayoría cubanos- estuvo sobre la mesa en la reunión que tuvieron hoy los presidentes de Panamá, Juan Carlos Varela, y de Costa Rica, Carlos Alvarado.
Según Varela, "Panamá y Costa Rica son un ejemplo a través de la operación flojo controlado. Le podemos decir al mundo hoy que ningún migrante extracontinetal o regional es abusado por ningún grupo de trata cuando toca suelo panameño o costarricense. Es un modelo de cooperación que se ha presentado al mundo: los tránsitos migratorios hechos con orden".
Durante el encuentro conversarán además sobre "seguridad, flujos migratorios, lucha contra el crimen organizado, seguridad ciudadana, turismo y cooperación".
Otros de los temas a tratar son la modernización de los puestos aduaneros, la promoción turística conjunta, las relaciones comerciales, iniciativas para el Parque Nacional la Amistad, el avance del puente binacional sobre el río Sixaola y la Comisión Mixta de Cooperación.
Por su parte, Alvarado dijo que los temas migratorios los han venido "trabajando muy bien" los gobiernos de Panamá y Costa Rica, y en la cita de este miércoles la idea es "profundizar esa colaboración, por la seguridad" de ambos países.
En estos momentos, Panamá se encuentra gestionando el paso de más de 700 migrantes irregulares, el 57 % cubanos y el resto de países como Haití, Camerún, Ghana, Eritrea, Etiopía, que tienen como fin llegar a Estados Unidos.
De acuerdo con el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Jonattan Del Rosario, "tampoco es la peor crisis de migrantes" que ha enfrentado el país, refiriéndose a la de 2015, año en que muchos cubanos salieron en masa por la selva del Darién y luego quedaron varados en Panamá y Costa Rica.
Por el momento, una parte de los más de 700 migrantes que llegaron entre el 9 y 10 de febrero pasado a Panamá a través de la frontera con Colombia han sido trasladados a la provincia de Chiriquí, limítrofe con Costa Rica.
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