Después de impresionar a medio mundo con su honesta y conmovedora Conducta, luego de entregarnos la comedia “retrosideral” que fue Sergio y Serguei, Ernesto Daranas se plantea regresar momentáneamente al género documental, y está dando los toques finales, en edición y postproducción, a un documental sobre la escritora, ensayista, investigadora, artista de la plástica y etnóloga cubana Natalia Bolívar.
Aunque es conocidísimo por sus obras de ficción, Daranas realizó numerosos documentales, algunos de ellos muy prestigiosos, antes de dedicarse a la ficción. Entre sus mejores títulos del género testimonial se cuentan Ana y las cotorras (2003), Fillas de Galicia (2004), y Los últimos gaiteros de La Habana (2005). La experiencia del realizador en el género permite esperar lo mejor de este nuevo proyecto dedicado a la notable investigadora, y por muchas razones famosa Natalia Bolívar.
Irreverente y cubanísima, Natalia Bolívar nació en Miramar, el 16 de septiembre de 1934, en el seno de una familia de la alta burguesía. De los cuentos de su nana negra aprendió el gusto por el folclor afrocubano. Desde muy joven,se acostumbró a estar rodeada por la desaprobación o el escándalo.
En los años cincuenta, Natalia combatió a la dictadura de Batista desde las filas del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, de cuyo ejecutivo llegó a formar parte. En la lucha, se involucró con José Luis Gómez Wangüemert, un hombre casado que se oponía con fervor al gobierno de Batista y que murió en el asalto al Palacio Presidencial.
Tras ser detenida en 1958 tuvo que pasar a la clandestinidad hasta 1959. Desde ese año (y hasta 1966) fue directora del Museo Nacional de Cuba, del Museo Napoleónico, el de Artes Decorativas y Museo Numismático (1974-79).
Natalia también luchó contra mil prejuicios cuando inició sus investigaciones sobre el folclore africano trasplantado a Cuba, convencida de que no había modo de estudiar la cultura cubana sin contar con el aporte de los esclavos traídos de África y sus descendientes. Entre 1953 y 1955 estudió pintura y escultura en la Academia San Alejandro. Entre 1955 y 1958 realizó estudios de etnología y folklore con Argeliers León, Lidia Cabrera y Fernando Ortiz.
El resto de su carrera, Natalia se declara seguidora de las investigaciones de Lydia Cabrera (tradición oral) y Fernando Ortiz (métodos científicos), y desde el prestigio que conquistó con sus ensayos y libros, contribuyó a rescatar en Cuba el nombre y legado de Lydia Cabrera, quien había decidido emigrar y por supuesto su aporte fue minimizado o ignorado.
Ya reconocida como especialista en religiones afrocubanas, Natalia da conferencias y asesora largometrajes y obras teatrales (Fresa y Chocolate) y es autora, entre otras obras, de Los orishas en Cuba (que estuvo muchos años censurado cuando ya se estaba imprimiendo), Ta Makuende Yaya y las Reglas de Palo Monte; Cuba Santa; La Muerte es principio, no fin y Mitos y leyendas de la comida afrocubana, entre otras.
El documental de Daranas, tiene un sinfín de caminos que explorar en el retrato de Natalia Bolívar. Seguramente lo veremos antes de que concluya este año.
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