El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez asistió a la entrega de diez apartamentos a familias de Guanabacoa, que perdieron sus viviendas tras el paso del tornado por varios municipios de la capital el pasado 27 de enero.
“Ataviadas” con banderas cubanas y del 26 de Julio en todos sus balcones, las diez casas forman parte de los únicos 22 derrumbes totales que han sido solucionados, de un total de 752 que causó el fenómeno.
Díaz-Canel también asistió a la reapertura del hospital materno Hijas de Galicia, severamente afectado por el desastre.
La presencia del mandatario en estos actos no es gratuita. Estar al lado del pueblo, justo un día antes del referendo, forma parte de su desesperada campaña a favor del voto positivo.
De manera similar ocurrió con los cuentapropistas, a quienes esta semana se les aprobaron varias de sus antiguas demandas, como una forma de “endulzarlos” con anterioridad a la consulta de este domingo.
“¡Qué casualidad que algunas de las transformaciones que llevamos meses pidiendo llegan a cuatro días del referendo! Nunca había visto tanta hipocresía en un solo acto. Se han demorado convenientemente para tomar medidas que pudieron tomar hace rato”, expresó un arrendatario de habitaciones nombrado Julio.
Con él coincide la agente de Telecomunicaciones Lizet, quien asegura que en la esquina de su casa arreglaron esta semana un hueco gigante que había desde hace tres meses. “Y los huevos que nos dan de manera normada, que siempre vienen el 29 o el 30 de cada mes, los están dando desde hace días. Es demasiado evidente que lo que quieren es mantenernos calmaditos para que votemos ‘Sí’”.
Que en las últimas horas la campaña mediática por el Sí se ha vuelto aún más intensa, demuestra que el Gobierno está fuertemente preocupado por lo que ocho millones de cubanos puedan hacer cuando estén frente a la boleta, y nadie los esté mirando.
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