En una reunión efectuada el pasado lunes entre Miguel Díaz-Canel y el cuerpo de ministros se dio a conocer que 101 de las 804 viviendas contabilizadas como derrumbes totales luego del paso del tornado en La Habana, han sido reconstruidas.
En el encuentro Reynaldo García Zapata, presidente del Gobierno en la capital, afirmó que esto se logró "a partir de la venta de materiales de la construcción y el trabajo de diversas brigadas constructoras”. Según el funcionario, a las 4 840 familias afectadas -total o parcialmente- se les han asignado recursos y más del 50 % los han adquirido.
Con respecto a ello, el jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, Ramón Pardo Guerra, agregó que en “las oficinas de trámites y puntos de venta de materiales de la construcción” se ha logrado ganar en materia de "organización”.
Reynaldo García pronosticó, además, que para el presente mes de marzo la cifra de inmuebles reparados aumente a 200. Los cuales, supuestamente, estarán en “mejor estado constructivo que antes del impacto del fenómeno meteorológico”.
En la reunión también se anunció el restablecimiento del 60 % de casas dañadas en La Habana luego del impacto del tornado en la noche del 27 de enero. El fenómeno meteorológico, que arrasó desde el Reparto Martí y el Casino Deportivo, hasta Celimar, en Alamar, pasando por Luyanó, Santos Suárez, Regla, Guanabacoa, dejó un saldo total de siete muertos y casi 200 heridos.
Al parecer la cifra de derrumbes totales luego del paso del desastre natural continúa en aumento. La pasada semana medios oficialistas declaraban 752 colapsos de inmuebles y menos de un mes atrás, el número oscilaba entre los 380.
A pesar de las declaraciones de las autoridades cubanas, reiteradas han sido las quejas de los afectados por el fenómeno meteorológico debido a la lentitud de la venta de materiales de construcción.
En Luyanó fue posible atestiguar cómo una multitud de vecinos sentados en el suelo, esperaban en colas inmensas los camiones con lo recursos. Algunos residentes de la localidad tuvieron que “rotar” en la fila durante casi cuatro días para adquirir los productos prometidos por el gobierno.
La propia comercialización de los materiales por parte de las autoridades cubanas, también ha sido materia de críticas. Mientras que muchos cubanos se lanzaron desinteresadamente a auxiliar a los damnificados regalando comida y productos de primera necesidad, el régimen de la Isla vendió los alimentos en “precios asequibles” e hizo “descuentos del 50%” en los módulos de techos, ventanas y tanques de agua.
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