Un reportaje publicado en el oficialista Cubadebate saca a la luz el fracaso de las regulaciones a los boteros aprobadas por el Gobierno de Miguel Díaz-Canel el pasado año.
Las medidas, que comenzaron como una prueba piloto en La Habana, han generado una crisis en el transporte en la capital mucho más grave que la que había. El reordenamiento dfija tres tipos de licencias y ninguna acomoda a los choferes.
Según la Dirección General de Transporte de La Habana (DGT), en 2018 aproximadamente el 27 por ciento del total de pasajeros estimados en ciudad utilizaron los taxis privados como medio de transporte. Antes de que entraran en vigor las nuevas regulaciones tenían licencias 6675 porteadores privados (con medios para entre 4 y 14 pasajeros). De ellos a 1763 les fueron retiradas porque pertenecían a choferes sin permiso de conducción y 556 estaba asociados a TAXISCUBA.
Esto quiere decir que 4356 debieron renovar su licencia según las nuevas normas pero no todos aceptaron sumarse a un plan que termina afectándolos. Maribel Poulot Bravo, directora adjunta de la DGT, explicó que al citado medio que actualmente solo se han entregado 2 mil 316 licencias.
“Llevo más de veinte años trabajando en piqueras y nunca había visto una crisis como esta. Aquí había como sesenta carros para Guanabacoa y unos cuarenta para San Miguel, ahora no hay más que cuatro y cinco, respectivamente. La desesperación hace que la gente lo mismo dé 4 que 5 fulas para poderse ir. Todo el día es una cola de personal que no dan abasto”, explica Yeinelis Riviaga, gestor de viajes en el parque El Curita.
El experimento, alegan, no funciona porque no es rentable para el taxista y las personas terminan siendo las más afectadas porque se quedan sin transporte o pagando cifras más elevadas que antes para poder moverse.
“Al mes pagamos una licencia de 2 mil pesos y el 10 por ciento que son otros 200 pesos. Además, tenemos que ingresar en el banco, a la empresa Fincimex, los 320 CUC para el combustible, porque nos dan una tarjeta con 320 litros, igual que como está en la bomba. Eso no te puede ni sobrar, porque si no lo consumes pierdes los litros y al mes próximo es lo mismo, empiezas de cero”, cuenta Yaibel Curbelo uno de los que se unió a la modalidad de taxis libres.
“Hay un solo banco que carga el chip de la tarjeta de Fincimex y siempre hay aglomeración, por lo cual perdemos un día de trabajo. Eso no es para nosotros. Con exigirnos el papel tenían. No sacaron la cuenta de que al final del año podemos acumular 300 o 400 litros, porque estos carros son viejos, se rompen. A cada rato hay que pasarles la mano, una vez a la semana darles mantenimiento”, explica por su parte el chofer Hanoi Rodríguez.
Hasta el momento, 1526 han solicitado la modalidad libre, 672 los servicios de alto confort y 118 taxis ruteros, lo que representa solo el 5.09 por ciento de quienes han renovado la licencia.
“Para la DGT fue sorpresiva la poca aceptación de la modalidad de rutas, sus cálculos especulaban que al menos la mitad de los taxistas solicitarían esta licencia, pues ofrece varias bondades”, recoge Cubadebate.
En el reportaje también explicaron que el Ministerio de Transporte ha hecho varias reuniones para intentar convencer a los taxistas pero solo les pusieron un video explicativo y les aclararon que no responderían ninguna duda. Para colmo, les recogieron los teléfonos móviles para que nadie pudiera grabar ni tirar fotos.
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