Que los cubanos ya no somos los inmigrantes “favoritos” en Estados Unidos, nos queda claro. Las visitas de los de la isla al país del Norte se han reducido al mínimo en los últimos meses, pero eso no ha evitado que éstos sigan migrando hacia otros destinos, especialmente sin son jóvenes en plena edad laboral.
Sin embargo, que Donald Trump se haya reído de los acuerdos migratorios vigentes desde 1994 para entregar más de 20 mil visas a los cubanos, los haya obligado a viajar a terceros países sin garantía del otorgamiento de visado y les haya reducido el tiempo de validez de la visa B2 de 5 años a tres meses, con una sola entrada, podría desencadenar que el éxodo sea aún mayor que hasta ahora.
Los propios cubanos han rechazado la declaración de su Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), que afirma que la decisión en torno a la visa B2 constituye “un obstáculo adicional al ejercicio del derecho de los ciudadanos cubanos de visitar a sus familiares en Estados Unidos”, y pronostican la llegada de otra era de balseros.
No pocos consideran que el escenario impuesto por el gobierno norteamericano y el hecho de que el cubano se mantenga “cruzado de brazos”, terminará por “aumentar la presión interna” en la nación caribeña y, “a la larga”, conducir a una crisis migratoria.
De acuerdo con el informático Ramón, de 38 años, “si ellos cierran nosotros debemos abrir ya que nosotros tendremos siempre más que perder. Mientras más radicales sean los problemas que tengamos, más será la posibilidad de que aquí solo se queden los niños y los ancianos porque todo el que pueda saldrá huyendo. No habrá otra vez balseros, pero solo por el momento.
“Gracias a esos que iban y venían de Estados Unidos muchos cubanos se visten, calzan, se medican y hasta comen. Eso nos ayudaba a paliar nuestras necesidades básicas. Ahora que no tendremos eso, será cuestión de tiempo que todo el que pueda se monte desesperado en lo primero que encuentre y se vaya. Hay que ver cómo los cubanos están subiendo ya para México.
“Me pregunto, si se trata de reciprocidad, ¿por qué el gobierno cubano no hizo lo mismo que el gobierno de Barack Obama cuando éste comenzó a otorgar muchísimos visados por cinco años? La mesa está servida, solo queda ver ¿qué vamos hacer? ¿Cuándo nos despojaremos de viejas costumbres que nos impiden avanzar? ¿A quién se le ocurre hablar de dignidad con hambre hasta el cuello? Lo que tenemos es que darle entrada libre a todo el que quiera venir”, añade.
No obstante, uno de los usuarios del sitio Cubadebate explica que los éxodos masivos solo han sido permitidos u organizados por administraciones demócratas estadounidenses. Resalta que ambos países tienen regulaciones que responden a sus intereses porque ambos son soberanos e independientes y recuerda que durante muchos años “Cuba estuvo cerrada a cara y canto para entrar y para salir y eso es históricamente cierto”.
A pesar de que el gobierno de Cuba ha reiterado “su voluntad de continuar trabajando para garantizar el flujo creciente de viajeros en ambos sentidos de manera regular, ordenada y segura”, el arrendatario privado Alexis, de 42 años, no entiende que “le pongamos tantas trabas a los mismos ciudadanos cubanos que quiere entrar al país.
“La posición del Minrex es oportunista. Cada nación tiene el derecho de establecer normas para los visitantes, Cuba tiene las suyas, que incluyen no permitir la entrada de ciudadanos cubanos por varias razones, incluidas errores en el pasaporte o vencimiento de prórrogas.
“Debemos cambiar todo lo viejo que nos está afectando. El pasaporte cubano es el más caro del mundo y seguimos virando gente en el aeropuerto sin dejarle ver a su familia, por la única razón de que salieron en una embarcación del país.
“Nosotros mismos llevamos rato excluyendo a los cubanos que ‘desertaron’ en períodos de trabajo en el extranjero por un tiempo de hasta ocho años y ¿nos atrevemos a decir que el presidente de Estados Unidos está perjudicando a las familias cubanas? Entonces aquí las han estado perjudicando siempre”, destaca el cuentapropista.
A tenor con la abogada Mariana, de 30 años, “siempre han existido reglas de un lado y del otro que han impedido que los vínculos familiares se estrechen. Parece que no nos acordamos aquí de que los cubanos podíamos viajar a visitar a nuestros familiares en el extranjero solo si éramos mayores de 60 años.
“Cuba, por ejemplo, tiene exigencias muy particulares y altos precios para los nacidos en su territorio, aunque tengan pasaportes y nacionalidades de cualquier otro país. Además, sólo otorga tres meses de visa, incluso a los estudiantes norteamericanos. Estados Unidos también está en el derecho de decidir lo que entienda más correcto.
“Entrar a un país no es un derecho, es un privilegio. Cada uno otorga las visas que le parece y cobra por los pasaportes y otros trámites lo más conveniente. Cada uno deja entrar y salir de su territorio a quienes decida. Asimismo nosotros no tenemos que exigirle sustentabilidad económica ni garantías de retorno a sus países a los que nos visitan porque somos un país emisor de emigrantes y no receptor, como Estados Unidos.
“Lo mejor que podríamos hacer sería pasarles la bola a los americanos. Darles visa a los ciudadanos de Estados Unidos por cinco o hasta diez años si quieren. No perderemos nada haciéndolo. A fin de cuentas, lo que queremos nosotros es mejor calidad de vida, que vengan norteamericanos a hacer turismo a Cuba y que podamos seguir yendo nosotros allá”, concluye la jurista.
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