Durante este mes de marzo se han suspendido 187 viajes en ferrocarril en la provincia de Ciego de Ávila, cifra que sobrepasó la ya difícil situación presentada en febrero, cuando se cancelaron 111 recorridos.
El “moronero”, “el camagüeyano”, el tren de Nuevitas a Santa Clara y otras rutas vitales para los avileños, han dejado de circular debido fundamentalmente a la antigüedad de las locomotoras, en su mayoría con 60 años de explotación.
Daymarelis Romero Pardo, directora de la Unidad Empresarial de Base Talleres Ferroviarios de Morón, explicó al periódico Invasor que las máquinas son estadounidenses y las piezas de repuesto hay que comprarlas en otros países. Solo la pericia y experiencia de los trabajadores hace posible la reparación de piezas viejas y su reinstalación.
Aunque la entidad posee 15 locomotoras, solamente nueve están en explotación. Faltan recursos como la nafta, necesaria para atomizar el sistema eléctrico de los trenes, así como farolas, sin las cuales no se les autoriza a circular.
Según la funcionaria, todo es conocido por las instancias pertinentes en el país.
Dos de los mecánicos que hacen “magia” en los talleres ferroviarios se quejaron a la publicación de los cambios en el sistema de pago, aprobado sin consultar con ellos.
Yolexis Bresil Luis explicó que antes se les remuneraba por destajo y ahora por la disponibilidad.
“Eso limita la motivación para producir. Gano lo mismo trabajando fuerte que otro compañero con menos responsabilidad y pocos deseos”, dijo.
Por su parte Norge Figueredo Yera se refirió a las duras condiciones para desempeñar su labor, tras la pérdida de parte del techo de los talleres con el paso del huracán Irma.
“Aquí, al mediodía, no hay quien trabaje por la intensidad del sol, y en tiempo de lluvia, tampoco”, precisó.
Hace poco se empezó a reparar el local, pero hubo que suspender las obras por falta de tornillos, que vienen de Camagüey.
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