Se me hace difícil ver competir bajo la bandera de Azerbaiyán a uno de los grandes atletas cubanos, que tantos éxitos aportó a su querida Isla.
Nacido en Santiago de Cuba en agosto de 1985, nuestro entrevistado de hoy pertenece a la legendaria escuela del triple salto cubano. Estamos hablando del consistente triplista Alexis Copello.
"Siempre tuve gran fijación por el atletismo; mi hermano Alexander lo practicaba en la especialidad de eventos múltiples. Así, desde pequeño, iba a la pista de recortan en mi ciudad".
¿Perteneces a la pirámide del alto rendimiento: EIDE, ESPA, equipo nacional?
"Pues mira que no. Fue mi hermano el fue el me llevó al estadio y me apuntaron en el atletismo. Nunca estudié en la EIDE, no participé en Juegos Escolares; tuve un desarrollo tardío en esas categorías inferiores hasta los juveniles.
"En estas edades sí tuve participación en los Nacionales Juveniles con saldo de una medalla de bronce y otra de oro, actuaciones que me abrieron las puertas al equipo nacional".
¿No asististe a ningún Mundial Juvenil? Por tus marcas a esa edad pudiste hacerlo.
"Pues, te cuento que fui seleccionado para participar en el Mundial Juvenil 2004 en Grosseto, Italia, pero a estas alturas aún no sé qué pasó que a última hora, el mismo día de la salida para el evento, me informaron que no podía viajar.
"La causa fue que a mi pasaporte no le habían puesto la visa. ¿Puedes imaginar un muchacho que se había hecho prácticamente solo, sin escuela, y que tenía como resultado 16 metros 90 centímetros, con los que hubiera podido ser campeón mundial juvenil, por un mero trámite administrativo, me veía privado a asistir?
"Fue, y te lo digo hoy a muchos años de aquel suceso, uno de los momentos más tristes de toda mi vida; es que, sencillamente, no entendía nada de nada. ¿Tú puedes hacerlo?"
Yo sí lo puedo entender porque en mis casi cuatro décadas junto a mi querido deporte cubano, fui testigo de varios fallos como ese y, a veces, de equipos completos.
Algo que se va de las manos, que quizás no se hace por maldad pero sí por incapacidad o dejadez y siega de raíz las esperanzas de algunos deportistas, y privando al país de un buen resultado.
Copello, ¿quién fue el entrenador que te vio madera de triplista?
"En mi carrera mucho tuvo que ver David Giralt padre; él no sólo me adentró en esta difícil modalidad atlética, sino que me perfeccionó la técnica. Estuve 4 años con él en Santiago de Cuba hasta que pasé a la selección nacional".
¿Nunca incursionaste en el salto de longitud?
"Sí, pero siempre tuve mucha más potencia en el triple. Esto lo vio desde el principio el para mí, mejor entrenador de esa especialidad de Cuba, el ya retirado pero nunca olvidado Sigfredo Banderas.
"Desde que llegué a La Habana pasé a entrenar con él, quien me perfeccionó lo aprendido con Giralt padre. Para mí, Banderas es más que un simple entrenador: es mi padre, mi amigo, mi guía. Desde llegué en el curso 2004- 2005 hasta el 2012 estuve bajo su égida.
"Significó mucho y aún significa mucho en mi carrera; en mi modesta opinión es el mejor entrenador que ha dado Cuba en el triple salto. Solo tienes que ver sus resultados y el número de atletas que ha catapultado a podios mundiales y olímpicos. Ahí están Yoelbi Quesada, Joel García, Aliécer Urrutia y Osniel Tosca, entre otros muchos. Él es uno de los padres de la escuela cubana de triple salto".
¿Qué recuerdos tienes de tu paso por la selección nacional cubana?
"Mi etapa en la selección la considero buena. Sé que podía ser mucho mejor, tenía mucho potencial, podía haber registrado mejores resultados; pero así es el deporte: todo se decide en un momento, el trabajo de varios meses en una hora, a veces cuatro años se van por la borda en minutos. Pero aún así, estoy contento".
¿Tus mejores resultados?
"En la temporada del 2008, logré un 17,50 pero no pude subir al podio en Beijing (lugar 13 con 17,09), mientras en el 2009 marqué en La Habana mi entonces mejor registro histórico: 17,59 y quedé tercero en el Mundial de Berlín con 17,36, escoltando en el podio metros al británico Philips Idowu (17,73) y el portugués Nelson Evora".
El 2011 trajo buenos dividendos para el cubano: logró elevar su récord personal hasta los 17 metros 68 centímetros en el mitin de Ávila, España, el 17 de julio.
En el Mundial de Daegu, Corea del Sur, 2011, fue el cubano mejor ubicado, cuarto (17.47 metros), en una competencia durísima. El ganador, Christian Taylor de Estados Unidos, marcó 17 metros 96 centímetros, el británico Phillips Idowu, plata, 17.77, y el también norteamericano Will Claye, fue bronce con 17.50.
"Además recuerdo con agrado los Juegos Panamericanos de Guadalajara en ese 2011, al imponerme con un salto de 17 metros 21 centímetros".
¿En cuanto a las Ligas del Diamante, donde se mide la flor y nata del campo y pista universal?
"Fui subcampeón en la versión del 2010 y tercero un año después. Mi gran sueño de hacer un buen papel en los Olímpicos de Londres dio al traste con unas fuertes molestias en mi espalda, que impidieron que pudiera hacer correctamente mi plan de entrenamiento, por lo que quedé en el octavo peldaño, con sólo 16,92".
¿A partir de ese 2012, ya con 27 años, es que decides tomar un nuevo camino?
"Pues sí. Opté por una nueva vida. Ya estaba casado con una española, mi amada María Eugenia, y vine a vivir a Madrid, donde entreno con el genial Iván Pedroso, hombre que no solo es campeón olímpico y nueve veces titular mundial, sino que todo lo que toca como entrenador, lo convierte en campeón.
"¡Ah! y mi felicidad se completó hace año y medio con el nacimiento de mi primera bebé, Alexandra".
Pero tu idea cuando concluiste en Londres era no seguir compitiendo, ¿me equivoco?
"No, estás en lo correcto. Pensé que no volvería a saltar por los dolores en mi espalda, pero fui mejorando y retomé los entrenamientos con el Saltamontes Pedroso, con el que me ha ido muy bien".
¿Cómo es que compites por Azerbaiyán?
"Oye, se me presentó la opción de competir por esa bandera. Ya yo me había ido de Cuba, sin pronóstico de volver a saltar. ¿Por qué no, máxime si puedo entrenar en Madrid y con el fenómeno Pedroso?
"Esto me ha dado la oportunidad de volver a estar en campeonatos importantes como en Mundiales: quinto en Londres 2017 y cuarto en el bajo techo de Birmingham 2018; fui subcampeón del certamen europeo celebrado en Berlín el pasado año. Me ha ido muy bien y con mis 34 años aún me queda historia por contar. Recuerda que el triple es una especialidad longeva.
"En el 2016, esperando la autorización de la IAAF de poder competir por Azerbaiyán, intervine por la libre en la Liga del Diamante, y quedé segundo con 32 puntos. A partir del 2017 es que visto la camiseta del país".
Retomando tus inicios, tu vida, la mayoría de tus éxitos, ¿existe la escuela cubana de triple salto, estás orgulloso de pertenecer a ella?
"Claro que existe una escuela de triple salto cubano. Ha sido y es mi gran escuela, es muy técnica y considero que si se trabajara más en la carrera de impulso, Cuba tuviera en estos momentos, varios saltadores sobre la barrera de los 18 metros, como lo logró Pedro Pablo Pichardo, que ya no compite con la selección.
"Los éxitos de Pichardo se deben, precisamente, a su velocidad, es muy muy rápido, aparte claro está, de su potencia y su técnica, pero la carrera sin dudas lo ayudó mucho a pasar ese barrera".
A propósito de Pichardo, ¿para ti es el mejor triplista cubano de todos los tiempos?
"Yo lo respeto, por supuesto, ha hecho lo que nadie en Cuba, pero para mí, el mejor saltador de Cuba ha sido Yoelbi Quesada: todo lo que logró y los años que duró saltando a un gran nivel, lo convierten en el número uno; y ahora como entrenador está cosechando buenos frutos".
¿Y de los extranjeros: Jonathan Edwards, João Carlos de Oliveira, Christian Taylor, Víktor Sanéiev?
"Internacionalmente, me inclino por el estadounidense Christian Taylor".
¿Eres de los atletas que no le gusta la temporada invernal?
"Siempre he competido en pista cubierta, no veo mucha la diferencia en el caso de mi especialidad, aunque prefiero el aire libre. Ahora guiado por Pedroso, quien además de su calidad propia supo asimilar las enseñanzas de su preparador, el ya fallecido, Milán Matos".
¿Recuerdas con nostalgia a tu gente de Cuba?
"Uno es cubano y eso se lleva en la sangre. En Azerbaiyán no he tenido ningún tipo de problemas, incluso, me permiten entrenar donde vivo, en Madrid; me han aceptado muy bien y estoy contento por la oportunidad que me han dado.
"Pero sí, extraño, sobre todo a mi gran compañero, hermano y amigo el campeón olímpico Dayron Robles".
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