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A más de seis años del paso del huracán Sandy por la ciudad de Santiago de Cuba, y aún con el 10 por ciento de las afectaciones a las viviendas sin resolver en la provincia, muchos ven con indignación que en los últimos días han comenzado labores de construcción en el Parque Céspedes, con el cambio del piso y trabajos de jardinería, algo que muchos consideran ilógico mientras haya personas sin techos sobre sus cabezas.
“Aún hay gente sin techo por el huracán Sandy, y resulta que hay recursos para arreglar el Parque Céspedes”, opinan algunas personas que contemplan con asombro los improvisados separadores construidos a raíz de los trabajos en el Parque Céspedes, labores que se suman, además, al remozamiento del antiguo Ayuntamiento, que pronto será convertido en un museo, otro hecho que ha causado polémica y desagrado entre la comunidad de arquitectos e ingenieros.
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Recientemente se arregló la fachada del antiguo Club San Carlos, otro importante edificio del Parque Céspedes, y pocos meses atrás se realizó una reparación capital a la cafetería Plaza de Armas, también ubicada en este espacio público.
“Pero claro… todas las semanas se ven las guaguas de turistas que llegan al Parque Céspedes a ver los edificios lindos, arreglados, deberían de ir a ver a esas personas que aún no tienen casas, porque si hay algo claro es que quien no tiene casa aún, luego del huracán Sandy que pasó por aquí en 2012, es que no tiene plata para hacer su casa, a nadie le gusta estar albergado o en casa ajena tanto tiempo”, opina un santiaguero.
En contraste, en el territorio se desarrolla en los últimos años un ambicioso programa de recuperación de viejas instalaciones hoteleras, construcción de otras nuevas, y conversión de antiguas edificaciones destinadas al turismo. Tal iniciativa se inició años después del paso del huracán Sandy, cuyas huellas aún no se han borrado del todo en el territorio, especialmente en el fondo habitacional.
Para 2019 se tiene prevista la construcción en Santiago de Cuba unas 3411 casas, como parte del programa diseñado hace más de cinco años, para ello se emplean tecnologías como el Gran Panel Soviético, BICOA y Forsa, entre otros, también continúa el levantamiento de edificios multifamiliares.
Sin embargo, el déficit de áridos, cemento y acero en el territorio es casi ya legendario, tanto en los programas que desarrolla el Gobierno como en las obras por esfuerzo propio. De ahí que no sea de extrañar que, como suele suceder, se incumplan los planes.
De acuerdo con cifras publicadas por medios cubanos, Cuba tiene alrededor de tres millones 825 mil casas, pero alrededor del 40 por ciento están clasificadas de regular o mal estado técnico, y la provincia de Santiago de Cuba está entre las de peor fondo habitacional, junto a La Habana y Holguín.
En 2018, el gobierno cubano solo construyó 15.899 de las 16.354 viviendas que había planificado, y entre estas y las terminadas por la población, en total se terminaron 30.437 en 2018, apenas un 3% de las 929.695 casas necesaria en Cuba.
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