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"Tanta gente de la campaña, quiere decir que hay dengue", dice Eva Rodríguez luego de que funcionarios de la Campaña Antivectorial visitaran su vivienda en la localidad de Chicharrones, en las periferias santiagueras.
Más adelante, la señora de al menos 40 años de edad comenta, "cuando tú veas a los del mosquito dando vueltas, puedes dar por seguro que murió alguien con dengue o cualquier enfermedad febril, porque si no, ni el pelo se les ve, y ya hacía bastante que no venían".
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Otros, por su parte, denuncian insuficientes y morosas respuestas de las autoridades regentes del Departamento de Vigilancia y Control de Vectores de la provincia, en el control del mosquito Aedes aegypti, asegurando que estos se desaparecen y no "hacen bien su trabajo".
"Muchas veces los fumigadores para no fumigar todas las casas, hacen 30 viviendas cuando les tocan 50 y se van como si nada. Otras veces, ellos mismos te preguntan si es necesario fumigar la casa, y si le dices que no por alguna razón inmediata, es como si le digieras 'aquí no vengas más', y se desaparecen y no vuelven más", reprocha Alcibíades, quien reside en la barriada de Nuevo Vista Alegre, donde se ven de manera continua los charcos en medio de la calle, conjuntamente con los basureros desbordados, problemas pendientes para las autoridades gubernamentales, que no dan con una solución concreta.
En este sentido, Beatriz, una joven de tan solo 21 años de edad, vive uno de los peores escenarios, ya que su vivienda se encuentra muy próxima a una improvisada alcantarilla, "además de la peste que tiene los zanjones, la mosquitera es insoportable", refiere la joven, que también teme por la salud de su hija, de un mes de nacida.
"El año pasado, aquí se propagó un brote de dengue, del cual me enfermé. Pero ahora lo que más me da miedo es que mi hijita se contagie, porque está empezando el tiempo del mosquito, y aquí esto se pone infernal", dice mientras vigilaba a su pequeña, que dormitaba en una estrecha cuna.
En los inicios del año en curso, el semanario Sierra Maestra, mencionó que la situación epidemiológica en Santiago de Cuba, “se tornaba tensa”, añadiendo que se habían reportado casos de Dengue, Chikungunya y Zika, aunque no especificó detalles de los supuestos casos. Además, el rotativo informó que se encontraron un total de 1681 focos nuevos, solo en el municipio cabecera, y que se estaba trabajando en la erradicación de los mismos.
Sin embargo, las acumulaciones de aguas albañales en los baches de las calles, los vertederos y los solares yermos, se perpetúan a lo largo de la llamada "Tierra Caliente", factores que inciden en la propagación de epidemias, y que se unen a la ineficiencia de los programas de control existentes en la provincia.
Paralelamente, funcionarios antivectoriales también denuncian las malas condiciones de trabajo y, en otros casos, falta de adulticidas (abate, petróleo, bactivec, entre otros).
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