El proceso de contratación de gas licuado liberado en toda Cuba quedó paralizado desde el 1ro de abril pasado y hasta nuevo aviso, informó el periódico Invasor, de Ciego de Ávila.
Según una información de la Empresa Comercializadora de Combustibles, el arrendamiento de los cilindros de 10 kilos se suspendió de forma indefinida debido a afectaciones en la importación de las denominadas “balitas”, y a la falta de financiamiento para la compra de materias primas necesarias para su producción en el país.
Gilberto Bada, director comercial de la refinería Sergio Soto, de Cabaiguán, explicó el pasado 20 de marzo a Radio Sancti Spíritus, que recibió una directiva del director de la empresa Cupet en la que se informaba la medida.
“La producción de la empresa nacional que se dedica a la construcción de estas balitas tiene un déficit muy grande, que no abastece la demanda del país, y las importaciones previstas para este año tienen atraso en las contrataciones. Por eso se decidió, hasta próximo aviso, no hacer nuevas contrataciones de gas en todo el país”, añadió.
Según el funcionario, existe garantía para mantener el servicio a los clientes que ya tengan sus contratos.
También Cilayla Hernández Suárez, directora de la División Territorial de Comercialización de Combustibles Ciego de Ávila, ratificó que, hasta ahora, no hay afectaciones en el servicio a los más de 36.000 clientes que tienen sus contratos en el municipio cabecera.
Curiosamente hace menos de seis meses, el pasado mes de noviembre, esta misma dirigente desmintió un rumor en la provincia que anunciaba un desabastecimiento del producto.
“No hay ningún problema con la venta liberada de este combustible y no se avizora ninguna dificultad”, dijo en aquella ocasión.
Fue en junio de 2017 cuando el Gobierno anunció la venta libre de gas licuado de petróleo en la mayoría de las provincias, un proceso que no ha dejado de tener dificultades en el suministro estable del producto.
En Holguín, por ejemplo, la insuficiente flota de camiones de la empresa transportista Transcupet, provocó la inestabilidad en la llegada de las “calabacitas”, lo que obligó a cientos de vecinos a hacer largas colas de espera.
También en Matanzas se han registrado quejas por la mala distribución, pues se ubicaron puntos de venta donde muchos clientes no alcanzan a comprar el producto, y otros donde hay más cilindros llenos que vacíos.
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