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"Cuba es un emisor de migrantes y lo peor es que no se ve una luz al final del túnel"

Pese a la posibilidad de entrar y salir del país por 24 meses, muchos cubanos siguen buscando mejorar su economía fuera de la Isla.

Cubanos en el aeropuerto de La Habana. © CiberCuba
Cubanos en el aeropuerto de La Habana. Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 5 años

Si bien no pocos cubanos siguen viendo en “irse definitivamente” la única forma de lograr una vida decente, a partir de los cambios hechos en 2012 a las regulaciones migratorias de la isla, hay quienes han apostado por otras alternativas.

Aunque el número de cubanos residentes permanentes fuera del país aún es mucho mayor que el de los temporales, el 84 por ciento de las salidas transitorias ocurridas desde 2008 se dio después de la entrada en vigor en 2013 de las transformaciones migratorias.

Salir de Cuba ya no solo es el camino para residir permanentemente en otros lugares, sino para trabajar, mantener un negocio particular, cuidar a una familiar o hacer turismo.

“Nos movemos hacia cualquier parte del mundo porque llevamos casi 30 años con una situación económica pésima. Cuba es un emisor de migrantes y lo peor es que no se ve una luz al final del túnel", explica el cuentapropista Manuel, de 45 años.

Las estadísticas anuales de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) revelan saldos migratorios negativos (más emigrantes que inmigrantes) desde 1960, excepto en el 2013 y el 2014. Sin embargo, dichos índices no han vuelto a ser tan negativos como antes de la reforma de 2012.

Manuel confiesa que prefiere ir y venir "porque tengo a mi familia aquí y hasta ahora mi restaurante me permite vivir tranquilo, pero el día que no sea así, me voy definitivamente".

Pero, "la mayoría de los jóvenes solo habla de encontrar una manera de irse para resolver sus carencias materiales y aspiraciones profesionales; en lo último que piensan es en tener hijos. Lo primero es el bolsillo y aquí la pirámide está demasiado invertida", agrega.

“Los jóvenes de hoy nacieron durante o después del Período Especial. Educados o no, han tenido que aprender a sobrevivir más que a vivir y están marcados por las escaseces que vieron en sus casas desde que abrieron los ojos. Han sido comidos por las limitaciones de la cruda realidad”, argumenta el también ingeniero industrial.

Tanto la eliminación del permiso de salida para los viajes al exterior de los cubanos, como la extensión a 24 meses del tiempo en que una persona puede residir fuera de Cuba por motivos personales sin ser considerada residente permanente y la posibilidad del retorno para quienes quieren vivir en su país de origen, han diversificado los motivos y el tiempo por los que la gente emigra.

A pesar de que el saldo migratorio cubano fue afectado en 2017 por la desaparición del parole especial para las personas que llegaban a Estados Unidos procedentes de Cuba –más conocido como política de “pies secos / pies mojados”-, los especialistas coinciden en que se mantienen fuertes flujos entre la Isla y el exterior, ya sean temporales o definitivos.

Según plantean los datos oficiales entre 2013 y 2018 los cubanos realizaron más de tres millones 400 mil viajes al extranjero y más de 240 mil 042 decidieron vivir temporal o permanente “afuera” en la última década. Hoy cerca del 40 por ciento de la población de más de 15 años tiene familiares fuera del país y más de 560 mil personas tienen hijos o cónyuges residiendo en el exterior.

En palabras de Miriam, de 52 años, lo más preocupante de la emigración es que “la fuerza laboral se está marchando casi completamente por razones obvias. Todas las personas con determinadas competencias se nos van y quedan puestos vacantes para personas mediocres o sin experiencia".

“De los que jugaban conmigo cuando era niña no queda uno solo en mi barrio. Al paso que vamos en una década no va a haber población de 30 o 40 años en Cuba, porque los que tienen hoy más de 18 se están yendo hasta para Haití, sobre todo los universitarios", apunta.

“En los últimos años ha habido migraciones masivas por Costa Rica, Panamá, Nicaragua, México, Guyana, Rusia. ¿Quién dice algo aquí de la actual crisis migratoria que tiene a cubanos varados en América Central? ¿Cuándo lograremos que nuestros hijos estén orgullosos de su país porque en él pueden ganar un salario que les permite vivir mínimamente cómodos?”, agrega la arquitecta.

Desde la óptica de un médico cubano que se quedó en Ecuador en 2009, “ojalá no hubiera tenido que emigrar. Nosotros nos vamos del país para no morirnos de hambre y nos adaptamos a cualquier medio porque somos emprendedores y capaces. No hay estímulo de ningún tipo en Cuba. Yo salí con mi familia y mi única motivación para hacerlo fue la de mejorar la calidad de vida de mi hijo, empezando por la alimentación.

“Las migraciones existen desde la prehistoria de las tribus nómadas y las guerras de conquista de los antiguos imperios. Las causas son muy variadas, pero en Cuba lo mejor de la sociedad está saliendo a desarrollar otras naciones y prestar sus servicios en ellas no por problemas políticos o conflictos bélicos, sino por la precariedad económica. Se trata de buscar el desarrollo que no tenemos en nuestro país natal”, resalta el intensivista.

Desde la óptica de Héctor, de 60 años, “ser universitario en Cuba no me ha servido de mucho. Llevo casi tres años manteniendo a mi familia en Mayabeque con lo que hago trabajando cuatro o cinco meses al año en Miami. Pinto casas, hago cosas de jardinería o cualquier arreglo de plomería y así gano mucho más que aquí. Siempre se me 'pega' algo de los amigos que tengo allá y vengo con una pila de cosas para la casa.

“Normalmente, las personas con mayor nivel de escolaridad migran más que las de menos nivel porque tienen las cosas más claras y a la larga o a la corta se convencen de que es lo mejor para su futuro. Quienes tienen el poder debieran hacer más por evitar ese flujo enorme y creciente o dentro de diez años no existirá persona en Cuba para trabajar ya que todos serán viejos y niños”, asegura.

Solo en 2018 más de 551 mil personas viajaron al extranjero y lo hicieron en más de un millón de viajes (una cuarta parte de ellos a Estados Unidos). Mientras que más de 521 mil cubanos residentes en el país norteamericano visitaron Cuba.

La Encuesta Nacional de Migraciones (ENMIG 2016-2017), realizada por la ONEI, con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas, indica que son más hombres que mujeres los que emigran, pero ellas predominan entre los residentes temporales y ellos entre los permanentes.

  • Asimismo, la mayoría de los emigrantes procede de las ciudades más pobladas de la isla, es de raza blanca, y tiene entre 15 y 49 años de edad y nivel educacional medio o superior.
  • El cuatro por ciento de los hombres y el cinco por ciento de las mujeres, de 15 años y más, hizo al menos un viaje al exterior durante los cinco años previos a la investigación.
  • Casi el ocho por ciento de los residentes en La Habana ha salido del país, en tanto lo ha hecho apenas el 1,4 por ciento de la población rural.
  • El estudio muestra, además, que más de la mitad de las personas tenía empleo antes de viajar, y que una mínima parte buscaba trabajo o era jubilada.
  • El 59 por ciento de los hombres y el 45 de las mujeres que han decidido vivir fuera de Cuba lo ha hecho “para mejorar económicamente”.
  • Por otro lado, “acercarse o visitar a la familia”, “apoyar o cuidar familiares” y “pasear” son de los principales motivos que tienen las mujeres para salir del país.
  • Los hombres salen más por contrato de trabajo y gestiones de negocio.
  • El 38 por ciento de la población de 15 años y más (más de 3 millones 547 mil personas) tiene familiares en el exterior.
  • El dos por ciento de la población de 15 años y más tiene a su cónyuge residiendo fuera de Cuba; el 12 por ciento, un hijo o hijastro; el 20 por ciento, hermanos; y el cinco por ciento padres o suegros. El 57 por ciento cuenta con otros parientes.
  • El 32 por ciento de los cubanos que viven en el exterior de forma temporal o permanente recibe dinero, medicamentos o la asistencia de un familiar desde su hogar de origen.
  • El 77 por ciento del total de las personas que vive en el exterior envía a su hogar en Cuba dinero, medicamentos y otros productos.

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