El domingo la Guardia Costera de Estados Unidos interceptó a 8 balseros cubanos en la isla deshabitada de Cay Sal, Bahamas, quienes intentaban ingresar ilegalmente al territorio norteamericano.
Oficiales de la embarcación militar Charles Sexton (WPC-1108) arribaron a la escena y desplegaron un equipo táctico para investigar la situación. Una aeronave de la Estación HC-144 Ocean Sentry, de Miami, informó que dos de los migrantes se hallaban escondidos entre los arbustos.
La isla de Cay Sal, actualmente, pertenece a la Mancomunidad de las Bahamas. No obstante, el Gobierno del país caribeño tiene un acuerdo con la Guardia Costera de Estados Unidos, para volar regularmente sobre el territorio en busca de personas atrapadas allí.
Una vez localizados los balseros cubanos, fueron atendidos por un equipo médico y transferidos a los servicios de Inmigración de Bahamas en la ciudad de Freeport.
De acuerdo con el Coast Guard News, los 8 isleños “serán devueltos a su hogar de origen”.
"Los viajes de migración ilegal son extremadamente peligrosos cuando se transportan vidas humanas en estos barcos no aptos para el transporte, y ponen en peligro la seguridad de los que están a bordo", afirmó Jeffrey Swope, Comandante del Centro de Mando en Cayo Hueso.
El pasado viernes otros 11 migrantes cubanos fueron detenidos por las autoridades marítimas estadounidenses a 38 kilómetros de Cay Sal.
La salida ilegal de los balseros había sido notificada a los vigilantes del Sector de la Guardia Costera de Key West por oficiales de la seguridad de Cuba. Más tarde se pudo identificar que los viajeros eran todos hombres adultos.
El 12 de enero de 2017, la administración norteamericana, encabezado en aquel momento por el presidente Barack Obama, puso fin a la política especial de libertad condicional conocida como "pies secos, pies mojados", vigente desde la década del 90.
A pesar del desmantelamiento de la normativa, aún existen cubanos que continúan intentando llegar al territorio estadounidense, a través de precarias embarcaciones o mediante complicadas rutas desde países de América Latina.
Recientemente, otro grupo de cubanos arribaron a Honduras a través de una rústica nave nombrada "El Milagro", luego de que el oleaje los desviara de su camino inicial hacia los Estados Unidos.
Según testimonios aportados por los migrantes, durante casi 12 días navegaron en condiciones deplorables, en mar abierto. En ese período de tiempo, afirman haber sufrido hambre y deshidrataron, por lo que su única prioridad era sobrevivir.
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