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Miles de cubanos residentes en Uruguay continúan llegando a la embajada de Nicaragua en Montevideo con el propósito de tramitar una visa, desde que en enero pasado el gobierno sandinista facilitara este trámite a los cubanos.
El objetivo de los emigrados de Cuba no es establecerse en Nicaragua. Algunos reúnen el dinero para poder llegar a México y continuar a Estados Unidos. Otros solo prefieren tener el visado como medida preventiva, por si la fortuna no los acompaña en Uruguay.
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“Nunca sabemos cuándo podemos llegar a necesitar irnos”. “Mejor tenerla por si acaso”, confiesa uno de los cubanos que espera en la cola de la embajada a La Diaria, un periódico local.
Hay algunos que usarán el permiso de viaje para ir a Cuba y hacer escala en Nicaragua, donde pueden comprar mercancía a precios más baratos de los que encuentran en Uruguay y venderla en la Isla, donde existe una alta demanda de toda clase de productos.
Desde que el consulado nicaragüense abrió sus puertas a los cubanos a inicios de año, han tenido lugar varios incidentes en las afueras de la institución debido a la cantidad de solicitudes.
Muchos de los cubanos que residen allí no han logrado establecerse y vieron con la apertura la posibilidad de continuar el viaje a Estados Unidos para buscar nuevas oportunidades de vida.
De este modo, en varias ocasiones la entrega de visas se ha retardado y la sede nicaragüense ha cambiado también el procedimiento de solicitud; ahora es presencial y antes podía efectuarse a través del correo. La visa tiene un costo de 30 dólares y es válida por dos meses.
En fechas recientes, Uruguay reveló una red de explotación laboral de la cual eran víctimas emigrados cubanos y venezolanos. En una zona rural los obligaban a trabajar por pagos míseros y en condiciones de vida inhumanas.
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