El mediodía del viernes 12 de abril un oficial convocó a Michel Matos a la estación de la policía de 21 y C, en El Vedado, porque según ellos existían “irregularidades” con la propiedad de su casa.
El llamado se convirtió en un interrogatorio de casi nueve horas, donde participaron al menos dos oficiales de la Seguridad del Estado y que derivó en una serie de amenazas y agresiones psicológicas contra Matos, quien desde el año pasado, se ha unido a la campaña contra el Decreto ley 349 y es un miembro activo del Grupo de San Isidro, surgido a raíz de esa cruzada.
Michel Matos fue el creador y director del legendario Rotilla, “el mayor festival de Cuba”, que duró de 1997 hasta 2011, fecha en que las autoridades de cultura decidieron quitárselo para organizarlo ellas mismas, convirtiéndolo en el desastre que es hoy “Verano en Jibacoa”.
Detrás de ese secuestro se sabe que operó a la Seguridad del Estado, que veía con hostilidad desde el principio un festival semi-independiente como Rotilla, que con el tiempo creció demasiado como para írsele de las manos.
En el interrogatorio del pasado viernes Matos fue preguntado sobre su rol en la performance Se USA de Luis Manuel Otero Alcántara, concebida para homenajear a Daniel Llorente, el hombre que corrió con una bandera americana el primero de Mayo de 2018 en la Plaza de la Revolución.
En el performance vecinos de San Isidro y quien quisiera, podía repetir la acción de Llorente, corriendo 66 metros con una bandera americana, en competencia por tres primeros lugares.
Esto activó las alarmas patrioteras de los represores y cinco minutos después de realizado el performance en San Isidro, aparecieron patrullas que frenaban ruidosas y policías que corrían detrás de los participantes como si de un serial de televisión se tratara. Luis Manuel y dos jóvenes más del barrio fueron arrestados en ese momento.
Sobre “si entendía el potencial peso de la justicia que podría recaer sobre nosotros por violar la ley” cuenta Michel Matos fue advertido por la Tte. Coronel Kenia María Morales Larrea -personaje dedicado a controlar los casos más destacados de artistas rebeldes y cuya “atención” actual a Michel envía una señal de preocupación-.
En un mensaje divulgado por el activista en las redes sociales, donde narra detalladamente el interrogatorio, se lee que los participantes en el performance Se USA podrían ser acusados de “desorden público, concentraciones sin permiso concedido, convocatoria sin permiso concedido, alteración de la comunidad de San Isidro, obstrucción de la vía pública, entre otros…”, interpretaciones todas festinadas de la ley y, sin embargo, típicas de los encargados de reprimir la libre expresión en Cuba.
Al mismo tiempo, cuenta Matos, se le prometió que su situación podría mejorar si él corregía su actitud desobediente, ante lo cual el activista repitió su “compromiso con San Isidro en cuanto a la defensa de la libertad de expresión y los derechos culturales”.
Diversas estrategias, diversos acosos, sutiles y evidentes, se emplearon con el creador de Rotilla durante nueve horas para tratar de contenerlo. Diversos castigos también podrá recibir por no seguir el guion que exigen sus represores.
Una amenaza final, por lo pronto, dejó muy preocupado al activista: “el oficial joven me acompañó abajo hasta la calle (…) – nos dice Michel – el insistió en que yo me estresaba mucho y que si yo quería (alucinante) el podía conseguirme un tratamiento o la atención de un sicólogo, pues mi salud se iba a afectar (…) Esto último debo confesar que me dio temor – continúa - … pues no pude entender su intención. Es sabido que otros activistas han sido recluidos en hospitales siquiátricos y medicados por la fuerza”, aladió.
En la larga conversación Michel también fue preguntado sobre "la fotografía junto a Luis Almagro" y " el arte contemporáneo en Cuba y en el mundo, y sobre la Bienal de la Habana".
Luis Manuel Otero Alcántara y Daniel Llorente (detenido días antes del performance), por su parte, fueron puestos en libertad hace unas horas.
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